Presidente Boric manifiesta apoyo a la Fundación Vicente Huidobro
Tras varios días de revuelo mediático en el ámbito cultural, salió humo blanco respecto de la continuidad del Museo, ubicado en Cartagena.
Por EL ÁGORA / Foto: ARCHIVO
Durante la semana, en muchos medios de distinta índole y criterio editorial, se cubrió la noticia de que el Museo Vicente Huidobro estaba peligrando en su continuidad porque este año no se adjudicó el financiamiento que le había permitido funcionar regularmente. Nos referimos al reconceptualizado Paocc (Programa de Apoyo a Organizaciones Culturales Colaboradoras).
Desde la Fundación Huidobro se pronunciaron en distintos medios y plataformas, siempre con el ánimo de que el Museo continuara abierto al público y no en una posición de enfrentamiento. Antonia García-Huidobro, la directora de la Fundación, recalcó que los tecnicismos por los cuales no se adjudicaron el financiamiento podían ser reconsiderados o al menos ver otra posibilidad.
Resulta complejo relativizar los tecnicismos que evalúan los planes de gestión de los espacios culturales, cada vez que los mismos no se adjudican la continuidad de su financiamiento. Es fundamental para profesionalizar la gestión cultural de los espacios dedicado a las artes y las culturas en el país, que estos consoliden su gestión e impacto en los territorios, y hagan la debida autocrítica a la falta de rigurosidad muchas veces en sus actividades, rendiciones, entre otros.
También es cuestionable que el Presidente Gabriel Boric con la tónica reactiva que lo ha caracterizado hasta ahora, pase por encima del trabajo técnico y profesional de una Unidad del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio (Mincap), que después de financiar durante siete años al Museo Vicente Huidobro reconocieron la incapacidad de consolidar y expandir su gestión. Vale preguntarse ¿se ha dedicado el Museo a expandir el legado del poeta?
Después del revuelo mediático de la Fundación, el Presidente Boric manifestó su aprecio por el Museo y el deseo de que éste siguiera sus funciones con normalidad, destacando la importancia, no sólo de instituciones como éstas, sino que del poeta mismo. Así, el Presidente instruyó al Mincap para que busque las soluciones pertinentes.
Esta situación pone en evidencia el hecho de que algo no funciona bien entre el Gobierno y las instituciones culturales, entre políticas culturales y cultura, entre museos y financiamiento, etc.
Esta situación debiera posibilitar un replanteamiento de lo patrimonial y las adjudicaciones de financiamientos para instituciones y personas naturales. Debiéramos ser capaces de mirar y analizar desde otros ángulos una forma de hacer política que se traduce en una forma de hacer cultura, sobre todo ahora que para el gobierno de turno la cultura, y en particular la poesía, parece tener una importancia distintiva respecto de gobiernos anteriores.