Colo Colo ya mira de lejos el título
En otra circunstancia, un empate en Iquique no habría sido un mal resultado para Colo Colo, sobre todo considerando sus últimos contrastes frente al cuadro nortino. Esta vez, sin embargo, el 1 a 1 registrado en el Municipal de Cavancha fue lo más parecido a una derrota, porque está claro que no supo “abrochar” la victoria, pudiendo hacerlo en más de una oportunidad, y porque quedó a siete puntos del sólido líder, Unión Española.
En términos simples, la paridad lo dejó lejos de la disputa por el título, que necesita imperiosamente como el único logro que le va quedando para lo que resta de temporada luego de su desilusionante eliminación de la Copa Chile a manos de un cuadro de Primera B, como Iberia de Los Angeles.
Y es que Colo Colo no termina de dar el ancho. Se insinúa como candidato con actuaciones macizas para vencer a Universidad Católica en la final de la Supercopa y a Universidad de Chile en el Superclásico, pero termina defraudando en toda la línea frente a cuadros que, en el papel, son absolutamente asequibles.
Le pasó frente a Antofagasta, a Palestino y a la Universidad de Concepción. Esta vez le volvió a pasar ante un equipo que, a la pobre campaña que hasta ahora podía exhibir, con apenas un triunfo en sus últimas doce presentaciones, sumaba una aguda carencia de gol, al punto de exhibir apenas tres goles en cinco compromisos disputados en este Torneo de Transición.
Terminada la primera etapa, quedó la sensación de que el Cacique se encaminaba por primera vez en este campeonato a sumar dos victorias en línea. No sólo porque se había ido al vestuario en ventaja (autogol de Salinas, a los 28 minutos), sino porque se mostraba superior a un Deportes Iquique que se insinuaba hasta tres cuartos de cancha, pero que se diluía una y otra vez en las cercanías del área de Orión.
Sin Ramos ya en el plantel, y lesionados dos que fueron importantes en el torneo pasado, como Villalobos y Bustamante, este Deportes Iquique aparecía claramente disminuido frente a un Colo Colo que, tras el chasco de Copa Chile, volvía a alinear a esos tres jugadores vitales en los escasos buenos momentos hasta aquí exhibidos, como Valdivia, Valdés y Paredes.
Pero si en aquellos momentos de brillo y victoria habían resultado clave los tres, esta vez sólo Valdivia mantuvo su nivel. El “Pajarito” Valdés mezcló buenas y malas. No sólo eso: por largos momentos pasó inadvertido, lo que no resulta coherente con su reconocida capacidad y trascendencia. En cuanto a Paredes, vivió una tarde absolutamente desafortunada.
Al goleador no sólo le arrebató Salinas la posibilidad de abrir la cuenta, metiéndola en su propio arco al intentar impedir que Paredes empalmara el centro de Valdivia, sino que dejó ir increíblemente una oportunidad que, de haberse concretado, a lo mejor habría significado para Iquique todo un golpe de nocaut, considerando lo poco que hasta ahí había jugado.
Corrían 36 minutos cuando un gran pase profundo de Valdivia le permitió a Paredes dejar atrás a su marcador, Charles. Con sólo el meta Cortés como obstáculo, el “Tanque” desperdició la ocasión tirando contra las piernas del arquero, absolutamente entregado a su suerte.
La ventaja con que Colo Colo salió a disputar la segunda etapa era sin duda justa, pero absolutamente insuficiente. Conservarla –o aumentarla- iba a depender de que el cuadro de Guede siguiera controlando el encuentro, como hasta ahí lo había hecho, pero también de lo que pudiera proponer el rival, hasta ese momento sometido.
En esa instancia, Colo Colo dejó ir otra oportunidad para haber aumentado la cuenta. Corrían 50 minutos cuando Orellana armó su única jugada de mérito en todo el partido. Con fuerza, un poco de habilidad, a incluso algo de fortuna, superó a su marcador, ganó la línea de fondo e hizo la jugada de manual en estos casos: metió el centro atrás para un Suazo absolutamente destapado. Sólo que al lateral volante el balón le quedó para su derecha, su pierna menos hábil, y su violento remate se perdió por arriba del travesaño.
El problema para Colo Colo es que su mínima ventaja ya no era tan fácil de atesorar. Deportes Iquique había ganado en solvencia defensiva, merced a una gran actuación de Zenteno, y ofensivamente ahora tenía en la cancha a Bielkewicz, un delantero que no entró desde el pitazo inicial sólo porque venía recién volviendo al equipo.
No sólo eso: Rivero, que reemplazó a Orellana, se mostraba incapaz, incluso, de superar lo poco que había sido su predecesor en el ataque albo. El uruguayo, que no termina de conformar en lo que va de este campeonato, mostró una indecisión increíble luego que, a los 73 minutos, escapara solo ante un gran pase profundo del juvenil lateral-volante albo Berríos.
Ni remató, como era la lógica, ni se la cedió a Paredes, que corría destapado por el centro. Consecuencia: dejó ir una ocasión que a esas alturas del encuentro, se habría antojado del todo determinante.
La última oportunidad alba de asegurar los tres puntos la dejó ir Paredes, cuando el reloj marcaba el minuto 80, ante otro gran pase de Valdivia. Extrañamente torpe, el goleador no supo atar ni desatar, permitiendo que le robaran infantilmente el balón.
Colo Colo pagó cara esa falta de pericia para liquidar. Poco acostumbrado, además, a especular con una mínima ventaja, una contra iquiqueña lo sorprendió con la defensa absolutamente mal parada. Pasó lo que ocurre frecuentemente: Deportes Iquique no dejó pasar la oportunidad de emparejar un partido en que siempre fue de atrás. Torres le metió un gran pase a Cubillos, este la puso al centro para Bielkewicz y el “Polaco” esta vez no perdonó, como había perdonado poco antes rematando desviado frente a Orión.
El atacante superó la última línea alba y midió el remate que tornó estéril la oposición del arquero albo, desatando la algarabía en el municipal de Cavancha.
Camino al título, el Cacique pagó muy caro sus muchos pecados. No sólo dejó ir dos puntos vitales, sino que en medio de su desazón y desconcierto por una victoria que no se consolidaba, hasta perdió a Valdivia para su próximo compromiso, frente a San Luis de Quillota. Y es que el volante, un genio furtbolístico, qué duda cabe, opaca todo su brillo involucrándose en refriegas intrascendentes y, lo que es peor, en discusiones inútiles con rivales y árbitros. Consecuencia: en apenas seis fechas sumó su quinta tarjeta amarilla.
Definitivamente, Colo Colo no termina de dar el ancho. Nueve puntos de 18 disputados es una cosecha demasiado pobre para quien aspira al título. Y lo peor de todo es que el equipo sólido y rendidor –y por ende candidato- no termina nunca por cuajar y aparecer.
PORMENORES
Torneo de Transición. Sexta fecha.
Estadio: Municipal de Cavancha.
Público: 2.130 espectadores.
Arbitro: Eduardo Gamboa.
DEPORTES IQUIQUE: Cortés; Lópes, Zenteno, Charles, Salinas (71’ Cubillos); Fuentes (66’ Gómez), Torres, Guerrero, Dávila; Rebolledo (56’ Bielkewicz), Espinoza.
COLO COLO: Orión; Zaldivia, Barroso, Meza; Berríos (87’ Villanueva), Valdés, Baeza, Suazo; Valdivia; Orellana (71’ Rivero) y Paredes.
Goles: para Colo Colo, Salinas (autogol) en el minuto 28; para Deportes Iquique, Bielkewicz, a los 84.
Tarjetas amarillas: en Deportes Iquique, Charles, Guerrero y Espinoza; en Colo Colo, Baeza y Valdivia.