Colo Colo respira gracias a un Parraguez que se mandó la jugada de su vida
Se disputaba el primer minuto de descuento cuando una gran jugada individual del delantero, impropia de su estilo, iluminó la tarde del “Cacique”, dejándole el balón servido a Mouche para que anotara. Más allá de la victoria y de los tres puntos, el cuadro albo parece sumar partido a partido esos factores que distinguen a los equipos condenados.
Por EDUARDO BRUNA
Corría el primer minuto de descuento cuando Parraguez, jugador rústico y limitado, se iluminó para concretar la jugada de su vida. Recibió por la izquierda y, en un atrevimiento tan insólito como determinante, fue dejando jugadores atrás para limpiarse el camino y, ya cerca de la línea de fondo, poner el pase hacia atrás que Mouche convirtió en gol en la boca del arco, atenuando de cierta modo la tarde negra que había tenido. De esa manera Colo Colo le había ganado 1-0 a Audax Italiano y tenido un leve respiro en este vía crucis que viene viviendo el cuadro albo, que había entrado a disputar este encuentro en su estadio Monumental como colista absoluto del Campeonato Nacional.
Y es que, el día anterior, Deportes La Serena dio la sorpresa en la casa de Cobresal y, como si todo ello fuera poco, también se escapaba O’Higgins luego de su victoria frente a Palestino.
El panorama para Colo Colo no podía ser peor. Un momento tan comprometido y crítico como este sólo se supera con buen fútbol y una buena cuota de temperamento. Lo primero, ya lo sabemos, el “Cacique” no lo posee, porque es imposible hacer algo potable con tanto jugador mediocre; y lo segundo, que debiera ser por último la tabla de salvación en horas desesperadas, igualmente escasea. Porque son varios los que parecen no haber entendido que está en juego nada más y nada menos que la permanencia en Primera.
El problema es que, sin jugar bien, demostrando una vez más una absoluta carencia de ideas y de claridad, Colo Colo estaba mereciendo el triunfo frente a un Audax Italiano excesivamente contenido y amarrete, que en todo el partido nunca fue capaz de procurarse una sola oportunidad clara de gol. Lo suyo fue mover la pelota, a lo mejor pretendiendo sacar partido de la desesperación alba que facilitara el error, pero sin atacar jamás a un equipo que, cuando lo apuran, se resquebraja entero.
Más allá del triunfo y de los tres puntos, que desde luego son todo un bálsamo, Colo Colo exhibe todas las trazas del equipo que está condenado. Primero porque no juega a nada, pero también porque lo poco que tiene suele dilapidarlo de manera tan grosera como preocupante.
Mouche, por ejemplo, autor del gol del desahogo, tuvo una tarde para el olvido. Aparte de no haber ganado nunca un mano a mano, y no mostrar ni un miserable desborde, desperdició a los 63 minutos una oportunidad de gol increíble, cuando un mal pase hacia atrás del zaguero Manuel Fernández a su arquero Muñoz dejó el balón en los pies del delantero albo. Con el meta jugado y saliendo a la desesperada, Mouche lo eludió para luego tirar la pelota contra la red lateral. Sólo un minuto antes, había enviado a las nubes una pelota hacia atrás que le puso Suazo, uno que cada día juega peor.
Si algo falta para completar este oscuro panorama albo, está también el factor fortuna. Porque Costa, que en la primera etapa se había fabricado una buena oportunidad interceptando un balón audino, le dio con el alma y ante un Muñoz absolutamente vencido, sólo que el balón se estrelló caprichosamente contra el travesaño.
Este Colo Colo tiene demasiadas falencias como equipo y jugadores que definitivamente no caminan. Porque a Suazo, siempre enredado, siempre confuso, hay que sumar a un Alarcón que para nada superó lo poco que siempre ha producido Provoste y a un Paredes que, partido que juega, deja en evidencia el tremendo error que cometió al no retirarse el año pasado, tras quebrar el record de “Chamaco”. ¿Qué queda para sorprender y dejar de ser un equipo absolutamente previsible? Bien poquito, porque los laterales albos -Campos y De la Fuente- pasan poco y cuando lo hacen desbordan menos que el Mapocho.
Por eso mismo resulta doblemente extraña la actitud asumida por Audax Italiano. Frente a un cuadro tan poquita cosa, tan permeable como el “Cacique”, afrontó el partido pensando más en el arco propio que en el contrario. Y así le fue, como suele irles siempre a los equipos que hacen de la avaricia su táctica: remar y remar, para terminar muriendo en la playa.
No tiene muchos motivos Colo Colo para dormir tranquilo, más allá de esta victoria agónica. Le lloran jugadores de nivel, que no los tiene y tampoco ha sido capaz de producirlos. ¿O alguien piensa que el hecho de que no haya sacado ni un solo jugador bueno en quince años es pura casualidad y no culpa de la chanta Concesionaria Blanco y Negro?
Si la Concesionaria no arriesga, y por cuidar las arcas no se consigue desde ya tres buenos jugadores, estará permanentemente caminando por la cornisa y con el fantasma del descenso respirándole en la oreja. Porque como equipo no pasa de ser un equipito miserable con los jugadores que tiene.
PORMENORES
Campeonato Nacional. Partido válido por la fecha diecinueve.
Estadio: Monumental.
Arbitro: Julio Bascuñán.
COLO COLO: Cortés; Campos, Barroso, Falcón, De la Fuente; Alarcón (73’ Matías Fernández), Fuentes, Suazo; Costa (90+4’ Valencia), Paredes (53’ Parraguez), Mouche (90+4’ Carmona).
AUDAX ITALIANO: Muñoz; N. Fernández, Manuel Fernándes, F. Torres, Rojas (79’ Figueroa); Cabrera, Henríquez, Martínez (73’ Ramírez); Montecinos (73’ D. Torres), Holgado y Orellana (68’ Alvarez).
GOL: Mouche, a los 90+1’.
Tarjetas amarillas: En Colo Colo, Falcón, De la Fuente y Mouche; en Audax Italiano, Manuel Fernández, Martínez y Montecinos.