Colegio de Técnicos: una labor tan silenciosa como trascendente

Imagen del autor

Por Gerardo Silva
Actualizado el 11 de agosto de 2020 - 12:05 pm

Colegio de entrenadores

Contrario a lo que se pudiera creer en estos meses de obligado receso del fútbol, el organismo que reúne a los entrenadores ha venido desarrollando una prolífica tarea que busca, además de fortalecer al gremio, sentar las bases de un sólido desarrollo de la actividad a través de todo el territorio.

Por GERARDO SILVA

El Colegio de Técnicos del fútbol chileno es una institución legendaria que se remonta a la década de los 60, pues en esos años surgen las primeras inquietudes de agruparse con la intención de fortalecerse como gremio, imitando en ese entonces a los futbolistas, que ya estaban dando los primeros pasos para formar lo que ahora es el Sifup (Sindicato de Futbolistas Profesionales).

Fernando Riera, Caupolicán Peña, Hernán Carrasco, Dante Pesce, Washington Urrutia, Gracián Miño, Ricardo Contreras, Hugo Tassara, José Santos Arias, Bernardo Bello, Pedro Morales, Hernán Gárate y muchos otros, fueron los visionarios que fundaron el ahora Colegio de Técnicos, que antes tuvo tres nombres distintos. Comenzó denominándose Agrupación de Entrenadores, luego Sindicato de Entrenadores, posteriormente Asociación Gremial, hasta llegar al actual: Colegio de Técnicos de Fútbol.

Como toda institución que tiene años de bonanza y de crisis, esta organización no ha sido la excepción. Todos los que la conocemos desde hace algún tiempo hemos observado que por momentos esta organización pareciera que se relaja y se aleja del mundanal ruido que genera el fútbol, y da la impresión de que está en total inactividad. 

Sin embargo, indagando más a fondo, nos podemos percatar de que está más viva que nunca, realizando una serie de actividades que prometen protagonismo actual y futuro en nuestra actividad futbolística. 

Ocupándome de conocer un poco más de lo que sucede en torno a ella, me doy cuenta de que se encuentra con mucha más actividad que en tiempos pasados. Hoy hemos podido observar sesiones de conferencias del colegio desde el 3 de junio a la fecha, realizando charlas, convocando a los mejores protagonistas posibles, como  han sido José Luis Sierra, Mario Salas, Jorge Aravena, Sebastián Núñez, César Vaccia, Roberto Álamos Junior, el profesor Carlos Navarro y tantos otros que impartieron conocimientos. Más de 700 entrenadores y alumnos participaron también de estas sesiones, lo que habla muy bien de un gremio que hasta ahora estaba bastante silente.

Reuniones remotas a través de las diferentes plataformas, con los distintos estamentos del fútbol chileno, también han sido parte del itinerario y programa de trabajo.

La adecuada alianza y excelente relación que existe también con la Audef (Asociación de Entrenadores de Uruguay) y sus máximos referentes, el presidente Ariel Longo y su director Gerardo Pelusso, un conocido nuestro, han permitido compartir experiencias y conocimientos. 

En este periodo de pandemia, nuestro gremio se ha dado también el tiempo para asesorar a dos técnicos visionarios que tuvieron la genial idea de realizar un Congreso Internacional para Entrenadores de Fútbol, con una duración de cuatro meses, en dónde participaron colegas aficionados y profesionales de más de 18 países. La verdad es que esto habla muy bien de lo que está sucediendo hoy, en el presente, con el Colegio de Técnicos de Chile.

Sin embargo, paralelamente, debemos mencionar que otro grupo grande de entrenadores, egresados del INAF, muestra también legítimos intereses de canalizar sus inquietudes e intentan plasmarlas de manera organizada. Loable labor, porque la idea es la misma: fortalecer el gremio Entrenadores 2.0 como se autodenominó. Por ahora está caminando por otro sendero, algunas diferencias deben existir, pero en el fondo los une el deseo de ponerle pantalones largos al entrenador de fútbol chileno y estos ideales nobles debemos respetarlos.

Por su parte, el Colegio de Técnicos le ha dejado las puertas abiertas a través de una serie de reuniones que han podido realizar, con el debido respeto profesional, para que también ellos puedan formar parte de esta organización. Por supuesto, bajo la reglamentación y los estatutos vigentes, que por cierto el Colegio de Técnicos está trabajando, en procura de cambiar y mejorar algunos puntos en su reglamentación gremial.

Como tema pendiente, y quizás la historia así se lo exige, el Colegio aspira a ser protagonista en la asesoría y apoyo pedagógico, poniendo en práctica  un programa de trabajo muy bien diseñado, a través de su enorme cantidad de profesionales disponibles, para que el fútbol infanto juvenil, alcance niveles de excelencia en este país y porque la historia se lo exige así, pues los mismos personajes que crearon esta agrupación en algún minuto, y antes del INAF, también formaron la Unidad Técnica Nacional, que formó a muchas generaciones de entrenadores en este país.

Muchos ilustres presidieron ya este colegio. Dante Pesce, Caupolicán Peña, Hernán Carrasco, el mismísimo José Sulantay, Ignacio Prieto, Gustavo Cortés, Leonardo Véliz, Jorge Aravena y Fernando Díaz, entre otros. Hoy, que es momento de ponerle pantalones largos al gremio, le corresponde a Carlos Ramos dicha tarea. Se trata de un hombre con la experiencia necesaria para relacionarse con los diferentes estamentos y cumplir con el deseo del colegio.

Con esta columna, además de hacer un análisis macro de lo que sucede, le estoy informando a la comunidad futbolística de este país que el Colegio de Técnicos de Chile está más vivo que nunca y con un enorme deseo de protagonizar mejorías sustanciales. Si a esto le agregamos la energía joven, producto del Instituto Nacional del Fútbol, soy un convencido de que sumando voluntades y multiplicando conocimientos a través de todo nuestro territorio nacional, el fútbol chileno tendrá el crecimiento que se merece.