Chilenos en la Libertadores: entre la esperanza y las dudas
Los buenos resultados obtenidos hace unos días por Universidad Católica y Colo Colo dieron un respiro a las aspiraciones para avanzar en la competencia internacional, pero la semana que viene -en sus juegos en Colombia y Brasil, respectivamente- tendrán que demostrar que cuentan con argumentos reales para seguir soñando con llegar a la siguiente fase del torneo.
Por RICHARD OLATE
La semana que termina fue perfecta para los clubes chilenos en Copa Libertadores, Universidad Católica y Colo Colo, gracias a los triunfos como locales obtenidos frente a Gremio y Peñarol, respectivamente. Para ambos, sumar tres puntos era vital si querían mantener la esperanza viva de seguir avanzando en la competencia internacional, especialmente tras los discretos resultados que habían tenido en las fechas pre-pandemia.
El actual campeón chileno y sólido líder del torneo local, Universidad Católica, estaba más complicado, ya que sólo sabía de derrotas (ante Inter de Porto Alegre y América de Cali) en su andar en el Grupo E. Por ello, el juego con Gremio era un todo o nada para soñar y salió airoso gracias a un gran nivel colectivo, especialmente después de la primera media hora de juego, para sacar ventajas en el marcador y quizás mereciendo un resultado más expresivo en las cifras.
Lo cierto es que el rendimiento mostrado por los de Holan sirvió para revivir el espíritu cruzado y enfrentar la segunda rueda del grupo con bríos renovados y con la confianza de llegar a la siguiente fase del torneo. ¿Dónde se cimenta esta fe? En que el equipo de la franja fue ampliamente superior a los de Porto Alegre, mostró una dinámica intensa que en el torneo local le basta con mostrarla apenas a ratos para sacar diferencias con sus rivales criollos, y tuvo puntos altos como Fuenzalida, Saavedra y Pinares.
Para lograr esta mecánica de juego, la estrategia del entrenador ha sido consolidar una oncena titular (que ha repetido salvo la lesión de Parot y el ingreso de Rebolledo como lateral izquierdo), desde el retorno al fútbol post-pandemia, la que frente a Gremio mostró sus virtudes de posesión de balón y diversas fórmulas para llegar al arco rival (desbordes de Puch, el posicionamiento central de Zampedri como pivot y referente de área y la incorporación de los medios y de Fuenzalida en funciones de ataque), pero que no fue demasiado exigida en su propia área para tener una conclusión certera, teniendo en cuenta que esa tranquilidad no se repetirá en juegos futuros con colombianos e interistas.
¿Basta con lo mostrado ante Gremio para seguir soñando con sortear la fase de grupos? Claramente no. Hay que tener en cuenta que el Gremio que llegó a San Carlos de Apoquindo era uno de las oncenas brasileñas menos brillantes que han visitado el país por los puntos en los últimos tiempos- debido a las bajas por suspensiones y lesiones-, y que en el horizonte cruzado hay dos visitas complicadas como viajar a Cali (este miércoles 23 de septiembre, con los duros e intensos de América) y a Porto Alegre (con un Gremio que será completamente distinto al del miércoles pasado), además de estar obligados a dejar los tres puntos en casa cuando reciban al Inter, por hoy lejos el mejor del grupo. Es allí donde la oncena de Holan tendrá que demostrar que tiene argumentos y peso para seguir escribiendo capítulos en esta Copa Libertadores, confirmar que su plantel cuenta con la capacidad para salir a discutir de igual a igual en el plano internacional y dejar en claro que tiene el temple –que le ha faltado en ediciones pasadas- para salir airoso de tal desafío.
El caso de Colo Colo es completamente distinto. Si bien su posición en la tabla lo muestra en la cima del Grupo C con 6 puntos en compañía de Atlético Paranaense, basado en su rendimiento como local, su nivel futbolístico está lejos de dar confianzas plenas en que los puntos sigan llegando y se acerque con paso firme una clasificación a la siguiente fase. El martes, ante los uruguayos de Peñarol, durante todo el primer tiempo fueron completamente controlados y atacados por la escuadra visitante, se fueron en desventaja con total justicia y sólo el cambio de actitud tras la pausa del mediotiempo y lograr aprovechar unos pocos minutos de intensidad y claridad les hicieron dar vuelta el marcador, ajustar piezas y quedarse con la victoria ante un rival que no supo manejar los claros momentos de superioridad.
Porque no es nuevo que Colo Colo no juega bien, que no tiene estructura colectiva salvo para contener, y que sus armas –que las tiene- no logran cuajar en el esquema que pretende implantar Gualberto Jara. Atrás siempre hay dudas (se notó en el primer tiempo contra Peñarol), el mediocampo no logra equilibrar las funciones de defensa y ataque (o una u otra) y en delantera sólo el talento de Paredes (con 40 años a cuestas) pareciera que puede dar algo de magia en el área rival.
Aún así, haberse hecho respetar ante Peñarol y Atlético Paranaense en el Monumental tiene a los albos, matemáticamente cerca del objetivo. En la segunda rueda, un posible triunfo ante los bolivianos de Jorge Wilsterman en Macul los dejaría a un paso del logro. Por ello, rescatar lo que se pueda en Brasil (este miércoles 23) y Uruguay (martes 29) será vital para llegar a la fecha final (20 de octubre) con la ilusión más que en alto. Si a ello le puede unir una mejora en su rendimiento colectivo, tal vez el sueño de avanzar no esté tan lejos.
Hoy la esperanza volvió a estar latente para cruzados y albos. Los triunfos siempre avalan los sueños y soñar es gratis. Pero siendo objetivos, esas válidas esperanzas siguen estando acompañadas de las dudas propias de lo que serán capaces de mostrar en canchas extranjeras en los cruciales juegos que vienen en su fixture. Junto a ello, casi ya como un fantasma con asiento de socio vitalicio, se suma la pobre y triste historia de números y estadísticas que precede a los equipos chilenos durante los últimos años de la mayor competencia continental de clubes. Esta semana será vital. De lo que ocurra en Colombia y Brasil podremos ver si cruzados y albos siguen abriendo nuevas ventanas y empieza a volver un poco de luz para nuestro fútbol a nivel internacional.