Católica lo dio vuelta y se impuso en la “batalla” de La Florida: 2-1
En un partido áspero, y en el que pasó de todo, el elenco “cruzado” superó un discreto primer tiempo para volcar el marcador. Esta vez, los cambios a Holan le resultaron. Pero si estos dos cuadros deben volver a enfrentarse, esta vez en Rancagua, por la Copa Sudamericana, hasta los periodistas tendrán que ir con canilleras.
Por EDUARDO BRUNA / Fotos: PHOTOSPORT
Pasaron tantas cosas en este encuentro entre Audax Italiano y Universidad Católica, en el Bicentenario de La Florida, que más vale aclarar lo principal: que el elenco “cruzado”, de discretísimo primer tiempo, en que incluso se fue abajo en el marcador, lo dio vuelta en la etapa de complemento, para vencer por 2-1 y retornar a la victoria luego de dos partidos sin poder sumar de a tres.
Digamos, también, que así como frente a Cobresal, en la fecha pasada, al técnico Ariel Holan no le resultaron los cambios, esta vez acertó un pleno, porque Gonzalo Tapia sacudió a un ataque absolutamente anodino, y Cristián Cuevas marcó el gol de la victoria cuando ya quedaba muy poco y parecía que la paridad que hasta ahí se registraba era bastante justa.
Pero, como ya sabemos, el fútbol se gana con goles, y en ese sentido Universidad Católica fue más certera que un elenco itálico que perfectamente pudo quedar 2-0 iniciándose el segundo tiempo. No lo quiso así Sosa, que vivió una noche negra respecto de su capacidad goleadora, y en cierta medida también Dituro, que en un par de oportunidades impidió que el dueño de casa aumentara la ventaja.
Más allá del triunfo de Católica, sin embargo, la sensación que deja el cuadro de Holan no es muy satisfactoria que digamos. Como que el entrenador está tomando este campeonato como un banco de pruebas, un laboratorio para probar fórmulas distintas y ver cuál de todas es la que le da más resultado. Esta vez, por ejemplo, partió con línea de tres y la realidad pronto demostró que no le sirvió de mucho. Burdisso, Kagelmacher y Parot estuvieron muy lejos de dar seguridad, al paso que los veteranos Isla y Mena no funcionaban ni como laterales volantes ni como defensores.
Peor aún: el fondo cruzado se equivocaba seguido. Tanto, que el gol de Audax Italiano, a cargo de Ríos tras pase genial de Marcelo Díaz, surgió de un concierto de errores de sus últimos defensores. Puedes equivocarte una vez y es posible. Dos, seguidas, ya es para preocuparte. Pero meter cuatro veces la pata en la misma incidencia, ya es para cortarse las venas. Y en esa comedia de equivocaciones Isla llevó el estandarte.
Fue bien poquita cosa Universidad Católica en el primer tiempo. Lo mejor lo había hecho Audax, que marcando con estrictez recuperaba una y otra vez la pelota y, generalmente, la jugaba rápido y bien a la búsqueda de los espacios. Dicho en forma clara: su victoria parcial era plenamente justificada.
Holan movió sus piezas, para nada conforme con lo que estaba viendo. Sacó a Burdisso, de discreta actuación, para hacer ingresar a Tapia, volviendo de esa forma a línea de cuatro. Y el joven delantero cruzado, que precisamente cumplía años (21), fue vital en el vuelco de su cuadro. Porque desordenó a una defensa que, hasta ahí, se había manejado sin grandes zozobras. De un tiro de esquina suyo, pasado, salió el tanto de la paridad, luego que Mena empalmara de zurda a la entrada del área sin ninguna marca. Lógico: los defensores itálicos estaban preocupados de Zampedri, Di Santos y Kagelmacher.
Con más oficio y más abundancia de individualidades, Católica fue como el tiburón que huele sangre. Se volcó en ataque y entonces el técnico volvió a dar en el clavo, porque excluyó a un Aravena bajito para hacer ingresar a Cuevas, y fue precisamente el “Cimbi” quien, con un cabezazo, batió por segunda vez a Muñoz, desatando la justificada algarabía de la hinchada “cruzada”.
Pero a partir de ese momento, el partido se desvirtuó. La impotencia de Audax por un partido que se le iba, provocó un entrevero tras el segundo gol de Católica y de la incidencia resultaron con tarjeta roja Manuel Fernández, entrenador itálico, y Ariel Holan, técnico cruzado, aparte de dos integrantes de la banca del local. Un par de minutos después, Juárez, volante de Audax, también vio la tarjeta roja y, si hasta ahí el partido había sido bastante áspero, un par de entreveros hicieron que el trámite cruzara la línea.
Labrín agredió claramente a Cuevas y se produjo una trifulca masiva, en que de verdad eran pocos los que querían calmar los ánimos. La mayoría fue a un verdadero ajuste de cuentas. Tras la batalla campal, resultaron con tarjeta roja Labrín, que encendió la mecha ya calentita, y los “cruzados” Saavedra y Parot. Di Santo pasó colado, porque fue el primero que le cayó encima al central itálico para meterle violentamente el brazo en el cuello.
¿Faltaba más? Sí, todavía faltaba: en el minuto 90+9, Sosa se perdió el empate en la boca del arco, tras buena jugada y mejor centro de Fernández. Si éste fue el aperitivo del que ambos equipos deberán disputar en el estadio El Teniente, para dirimir quién sigue en carrera en la Copa Sudamericana, a Rancagua habrá que ir con canilleras.
PORMENORES
Campeonato Nacional, quinta fecha.
Estadio: Bicentenario de La Florida.
Público: 9 mil espectadores, aproximadamente.
Árbitro: Nicolás Gamboa.
Audax Italiano (1): J. Muñoz; N. Fernández, C. Labrín, F. Torres, E. Matus; M. Sepúlveda, M. Díaz, F. Juárez; G. Ríos, G. Sosa, M. Fuentes. DT: Manuel Fernández. Cambios: 45’, S. Pereira por Torres; 74’, R. Cereceda por Matus y G. Álvarez por Sepúlveda; 86’, B. Riveros por Ríos.
Universidad Católica (2): M. Dituro; G. Burdisso, G. Kagelmacher, A. Parot; M. Isla, B. Rovira, I. Saavedra, A. Aravena, E. Mena; F. Di Santo y F. Zampedri. DT: Ariel Holan. Cambios: 46’, G. Tapia por Burdisso; 78’, C. Cuevas por Aravena; 90+7’, D. González por Di Santo.
Goles: 36’, Gonzalo Ríos (AI); 60’, Eugenio Mena (UC); 82’, Cristián Cuevas, cabezazo (UC).
Tarjetas amarillas: Juárez, Pereira, Sepúlveda y Riveros (AI); Kagelmacher (UC).
Expulsados: 83’, Manuel Fernández, DT (AI) y Ariel Holan, DT (UC); 85’, Fernando Juárez (AI); 90+4’, Carlos Labrín (AI), Ignacio Saavedra (UC) y Alfonso Parot (UC).