Caso Nole: maldita raqueta

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Por Sergio Ried
Actualizado el 5 de agosto de 2021 - 12:03 pm

Uno de los hechos más relevantes de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, es a no dudarlo, lo sucedido con el tenista número uno del mundo Novak Djokovic. No tanto por sus sorpresivas derrotas ante el alemán Alexander Zverev y luego frente al español Pablo Carreño Busta, sino por sus ataques de furia que lo llevaron a ser crucificado por la prensa, los aficionados y hasta por sus propios compatriotas.

Por SERGIO RIED

Romper raquetas por impotencia, frustración o ira descontrolada, es algo que existe desde que se inventó el tenis. Grandes jugadores han sido multados y castigados por esta falta que la ATP califica como «abuso de material».

Basta recordar a John McEnroe, Goran Ivanisevic, Ivan Lendl,  Marat Safin, David Nalbandián, Gastón Gaudio, Jim Courier, Nick Kyrgios, el «villano» austriaco Daniel Koellerer ( suspendido de por vida), el australiano Bernard Tomic, Stephan Koubek y otros históricos rebeldes para darse cuenta que esto de los «chicos malos» del tenis no es cosa de hoy. Incluso Bjorn Borg y Roger Federer en su época de adolescentes tuvieron que ser castigados drásticamente por sus padres por romper sus implementos.

Pero remitiéndonos al «caso Djokovic»; que decir que su ataque de furia es más que explicable (aunque no justificable) por el hecho de que se estaba jugando su paso a la inmortalidad en la historia del tenis. Y al perder ante Zverev resignó la medalla de oro y la obtención del Golden Slam (ganar los cuatro grandes en un año calendario más el oro olimpico) y al caer ante Carreño por el bronce selló una nefasta seguidilla de desencuentros que culminaron al dejar botada a Nina Stojanovic en el doble mixto, aduciendo «un dolor en un hombro”. De ahí su furia al lanzar una raqueta a las gradas y aniquilar otra contra un poste de la red.

La gran difusión que tienen los Juegos Olímpicos magnificó aún más la falta del serbio y lo puso a la cabeza de este ranking de malos deportistas. Aunque sus pecados no se comparan con los de Marat Safin que en 2011 rompió 1055 raquetas y que en 2009, en 71 partidos destrozó 48. Y nosotros que hasta lo pensamos antes de reencordar una raqueta.

Pete Sampras que fue un ejemplo de caballerosidad y fair play, solo arrojó una raqueta en su vida y le costó muy caro. Fue, cuando tras ganar el título del US Open en 1995, en medio de su euforia y gratitud al público neoyorkino, lanzó su raqueta a las tribunas. Ésta le dio en un brazo  a un espectador, quien le puso una demanda por 20 mil dólares por haber sido golpeado por ella.

Y obvio, después la vendió en una suma parecida.