Bicampeones, pero no en el autocontrol

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Por Carlos Pérez
Actualizado el 7 de octubre de 2016 - 3:00 pm

Lejos del bochorno escenificado en el estadio Maracaná el 3 de septiembre de 1989, cuando Roberto Rojas quiso engañar a medio mundo, la actual generación de futbolistas que representa a Chile con regularidad desde 2007 ha protagonizado varios episodios en las canchas, que deja en evidencia un poco correcto manejo de la ansiedad y de la autodisciplina.

Ante Ecuador, no contamos con Gary Medel. Antes, fue Arturo Vidal. Más atrás…

Marcelo Bielsa, quien impuso un estricto régimen de conducta en la Selección, padeció algunas situaciones que le costaron expulsiones a la Roja en diversos escenarios, como en su estreno por los puntos ante Argentina, en Buenos Aires, donde Cristián Álvarez recibió la respectiva tarjeta roja a los 54 minutos, por doble amonestación (el “Huaso” ostenta la marca de haber sido expulsado dos veces en Buenos Aires ante los trasandinos). En 2008, el “Mago” Valdivia se fue a las duchas por una fea infracción sobre el brasileño Josué, en el partido que el “Scratch” venció 3-0 a Chile en Santiago.

La tercera expulsión recordada en el ciclo de Bielsa fue la más flagrante: antes de los 20 minutos, Ismael Fuentes fue enviado a camarines en Quito en la presentación más baja de Chile rumbo a Sudáfrica. Al cabo, en ese partido terminamos con nueve hombres, pues Gonzalo Jara también vio la roja. En suma, tres bajas presentaciones resumidas en las expulsiones descritas. La madurez de la generación liderada por Claudio Bravo fue entendida por los jugadores en la cancha y salvo contadas excepciones (Orellana en Colombia el 2009 o Marco Estrada en el mundial del 2010), se pensaba que Chile había encontrado finalmente el equilibrio mental que siempre se había traducido en desventaja numérica.

La salida de Marcelo Bielsa en 2011 supuso un trance difícil para nuestros seleccionados, que debieron ponerse a las órdenes de Claudio Borghi. Así, con el ex entrenador de Colo Colo en la banca, el sufijo “azo” se instaló nuevamente en la escena deportiva, como el famoso “Bautizazo”, que costó la separación del plantel de varios jugadores y el inicio de los problemas para el “Bichi”. El traumático cierre del primer año de Borghi en la selección (0-4 en Uruguay), no se comparó con el calvario vivido en 2012, donde se construyó su salida al mando del plantel.

Los jugadores ayudaron mucho en ese “proceso”: en junio, casi al terminar el partido en que Chile venció a Venezuela, un aislado incidente al borde de la cancha alcanzó notoriedad al incluir insultos racistas de la banca nacional al cuarto árbitro de ese juego. El juez titular, José Buitrago, lo consignó en su informe y Borghi fue sancionado con cinco partidos de castigo. Tiempo después se supo que los improperios fueron obra y gracia de Miguel Pinto, arquero suplente en aquella ocasión, pero que fue eximido de toda responsabilidad en el informe y de las posteriores sanciones.

Ya con Jaime Vera en la dirección técnica, Gary Medel se hizo expulsar torpemente en el partido ante Colombia (jugado en Santiago), cuando realizaba un gran trabajo en la defensa. Finalmente Chile perdió por 3-1. Y si Bielsa tuvo su trilogía de expulsiones, Borghi no se fue en zaga: en noviembre de 2012, Arturo Vidal cometió una infracción criminal en un partido amistoso ante Serbia (derrota de 3-1) que supuso la quinta caída nacional consecutiva y que terminó confirmando la salida del técnico de la conducción nacional. De esta forma, se instaló el temor de un retroceso en la conducta de los jugadores chilenos, dados a salirse de los libretos del juego limpio en sus años de juveniles (recordar la semifinal del Mundial Sub 20 de 2007 ante Argentina).

Nuevos ciclos

Los años de Jorge Sampaoli al frente de la selección parecieron encontrar la necesaria paz interior en nuestros players, que alcanzaron los índices más altos de rendimiento, llevando a Chile a conseguir su primera corona internacional. A priori, se recuerdan expulsiones asociadas a jugadas “de fútbol” más que a descontrol, como fue el caso de Matías Fernández, quien vio la cartulina roja de parte de Néstor Pitana en el primer partido de Copa América 2015.

Y aunque en ese mismo torneo el liderazgo del casildense sorteó una de sus pruebas más duras fuera de la cancha (el episodio de Vidal y del Ferrari), dentro del rectángulo de juego Chile mostró una actitud elogiable en cuanto a comportamiento… en los noventa minutos, pues Jorge Valdivia fue expulsado tras consumarse la derrota de Chile en Montevideo por 3-0 y sancionado fuertemente con cuatro partidos por insultos al árbitro de ese encuentro.

Por último, llegamos a Juan Antonio Pizzi, quien prodigó a nuestro país su segunda consagración internacional, hace poco, en la Copa América Centenario. De esta última pasada, se recuerda la expulsión de Marcelo Díaz en la final del torneo (ante Argentina), que fue por doble amonestación, lo que exculpa al volante de una responsabilidad mayor; sin embargo, las bajas actuaciones de los partidos post Copa encontraron en Gary Medel, nuevamente, un referente de la indisciplina chilena, al ser expulsado por Néstor Pitana (de nuevo) en el partido en que Chile perdió en Asunción por 2-1 ante Paraguay: cuatro partidos deberá purgar el “Pitbull”, que alcanzará a volver este año a la acción clasificatoria frente a Uruguay en Santiago, ocasión propicia para poner a prueba, una vez más, la conducta de los referentes nacionales en la cancha.

Este texto también lo puedes leer en el periódico Cambio 21.