Sin escalas desde Plaza de Armas hasta el cerro El Plomo
En la madrugada del 27 de febrero, el profesor y atleta amateur José Manuel Cartes inició su recorrido de 64 kilómetros para crear conciencia sobre la importancia de la cordillera y sus recursos naturales.

Dos hechos, uno en Chile y el segundo en el mundo entero, se fusionaron en los últimos días. Entre ambos no hubo planificación para lograrlos. Sin embargo, se han conjugado para unir, mejorar y fortalecer la relación entre los más de ocho mil millones de habitantes de la Tierra y todos los componentes vivos de la naturaleza.
Lo sucedido en Chile ocurrió a las 3.00 de la madrugada del 27 de febrero, en la Plaza de Armas de Santiago. El profesor de matemáticas José Manuel Cartes, de 44 años, inicia un ultramaratón de 64 kilómetros como parte del proyecto “Andes al Límite”. Corrió desde el centro de la capital chilena hasta la cima del cerro El Plomo.
Cinco días más tarde, el martes 4 de marzo, convocada por las Naciones Unidas, se celebró el Día Internacional de la Vida Silvestre. Paradojalmente, ninguno de estos hechos positivos concitó la atención de los medios de comunicación nacionales.
Deporte y naturaleza
Mientras tanto, de los 20 millones de chilenos, 14 millones (el 70%) son sedentarios y, de estos, hay cinco millones de obesos. En paralelo, aunque en una escala planetaria, más de la mitad del PIB mundial depende de la naturaleza. Esto convierte la pérdida de biodiversidad en una importante amenaza para la vida de todos en el planeta.
Cartes busca promover el deporte y el amor por la naturaleza en la comunidad nacional. Al mismo tiempo, alrededor de 50 mil especies silvestres de animales y plantas satisfacen las necesidades de millones de personas en el mundo.

Se caen a pedazos los convenios internacionales y emana un nuevo orden mundial, cuyos líderes no creen en el cambio climático. Paralelamente el Acuerdo de París tiene como meta, para 2050, restaurar el 30% de los ecosistemas y reducir a la mitad el desecho de alimentos.
Resistencia física y mental
Quien subió El Plomo es un corredor amateur de alta montaña, quien -además de dictar clases- realiza charlas educativas sobre el cuidado de la cordillera. Cuando la ciudad dormía, Cartes dio los primeros pasos de un desafío de resistencia física y mental de 64 mil metros en ascenso.
Hubo antes intensos meses de entrenamiento y el apoyo de empresas como Andesgear, Mammut y Scarpa. El intento de bajar de las 14 horas en un trayecto que nuestros pueblos ancestrales realizaban como rito espiritual, tuvo recompensa. Esta vez se hizo cumbre en 13 horas, 39 minutos y 54 segundos.
El ascenso quedará registrado en el documental “Andes al Límite”, que además de rescatar la ultramaratón de un chileno, mostrará el patrimonio natural y cultural del cerro El Plomo. Ya en la cumbre, Cartes reconoció estar emocionado por lograr este propósito de vida. “Todo esto es por el amor que le tengo a la montaña, al deporte. Y para agradecer a la vida, a la cordillera y a las reservas de agua dulce que se depositan en ella”.
El proyecto “Andes al Límite” pretende unir mediante la práctica deportiva varios puntos de distintas ciudades de Chile con sus montañas más importantes. Unir Plaza de Armas con El Plomo fue el primer desafío de un objetivo más amplio.
Con el tanque vacío
Los primeros 33 kilómetros en calle, con 800 metros de desnivel, desde Plaza de Armas hasta la Curva 1 en Las Condes, fueron clave. “Hay que ir a un ritmo para hacer un buen tiempo y que este ritmo no te vaya fundiendo”, acotó el atleta.
Desde la Curva 1 hasta el centro de esquí La Parva era el segundo tramo, con cerca de 10 kilómetros y 1.800 metros de desnivel. Cartes acota: “Hay que guardar energía con tranquilidad mental y seguir el ritmo”.
El tramo 3, en el cerro El Plomo, es lo más complejo. “Uno da lo mejor y no queda nada en el tanque de gasolina; al físico y a la mente hay ponerle corazón y garra. Ahí se siente el verdadero propósito, la gente que ha apoyado y sentir el valor que tiene esto para Chile al proteger la montaña. Es un tramo de emoción, cabeza, mente y corazón”, indica.
Amenazas para El Plomo
El cerro El Plomo enfrenta varias amenazas. Una es el derretimiento de sus glaciares, producto del calentamiento global, lo que compromete las reservas de agua. Además, el crecimiento de actividades turísticas sin regulación adecuada puede afectar su biodiversidad y su valor arqueológico.
Por eso es necesario fomentar prácticas responsables, como el turismo de bajo impacto, la educación ambiental y políticas públicas y privadas para garantizar la preservación del ecosistema.
La carrera de Cartes es de un simbolismo profundo. A la llegada de los españoles al valle de lo que sería Santiago, ya existía una ciudadela incaica, destruida y “tapada” por la conquista. La Plaza de Armas fue colocada donde está porque ese lugar tiene una alineación con el Sol y el cerro El Plomo. De ahí que los incas enterraran allí, como ofrenda a sus dioses, al Niño de El Plomo, descubierto en 1954. Ese rito sagrado y la carrera de Cartes son un tributo a la fertilidad.
