Columna de Ele Eme: Déjalo ir, Colo Colo; si no vuelve, nunca fue tuyo

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Por Ele Eme
Actualizado el 5 de enero de 2023 - 5:38 pm

Ante la fuga de Lucero los hinchas albos deben aplicar, paralelamente a las acciones legales de sus dirigentes, una buena cuota de inteligencia emocional.

Por ELE EME / Foto: PHOTOSPORT

Al genio del poeta libanés Kahlil Gibran se debe una famosa línea: “Si amas a alguien déjalo libre. Si regresa es tuyo. Si no, nunca lo fue”. Dicho pensamiento ha recibido profusas referencias tanto en la cultura popular (canción “If you love somebody set them free”, de Sting) como en libros de autoayuda y terapias de pareja.

En este caso quiero echar mano a esas sabias palabras y dirigírselas a los directivos, jugadores e hinchas de Colo Colo, a propósito de la rebeldía laboral en que ha caído su delantero estrella, Juan Martín Lucero, para que la puedan sobrellevar con más filosofía y templanza que con la pena y la rabia que están exteriorizando al respecto.

“Imposible perdonar”, escuchaba anoche a simpatizantes del Cacique en un noticiario de la televisión. No es tan grave, muchachos. Alguien puede dejar de proyectarse con nosotros y no pasa nada. “El mar está lleno de peces”, me dijo en cierta ocasión un amigo cuando lloraba en su hombro una pena de amor. El mercado está lleno de futbolistas que matarían por vestir la tricota blanca.

Sin ir más lejos, está, en las antípodas del “Gato” Lucero, el caso del también argentino Bryan Fernández, que jugó en La Calera hace no mucho y ahora, tras un periplo por Norteamérica y un regreso a la liga trasandina, acaba de recalar en San Luis de Quillota. Este atacante siempre ha manifestado su deseo por fichar en los albos, señalando que lo encuentra un club muy hermoso y cuya camiseta algún día quisiera defender. Lo más cerca que estará de Colo Colo por el momento será de “Chupete” Suazo, su compañero de ofensiva para este 2023 en los canarios.

No se lo tomen tan personal, chicos. Hagan como los jugadores. Profesionalicen su devoción por los colores. A Zaldivia no lo quieren en el mismo Colo Colo y firma por la “U”. ¿Por qué se va a ir a un equipo menor para no incomodar a una institución que prescindió de sus servicios? Por Marcelo Díaz no movió un dedo la actual dirigencia de la “U”. ¿Por qué se va a retirar si todavía tiene mucho que aportar, en este caso, a Audax Italiano?

No pido que los directivos hagan lo mismo. Ellos tienen el deber de salvaguardar los intereses del club y de hacer todo lo posible porque se respete el contrato. Le estoy hablando al hincha, Le pido que se quede con la gran campaña de Lucero, con la satisfacción de que Colo Colo potenció a un jugador que no era tan conocido como ahora más allá de las fronteras de su país (más allá de sus incursiones por los torneos malayo y mexicano) y, ¿por qué no? acariciar la esperanza de enfrentar a Fortaleza de Brasil (team que lo tentó para desertar del “Popular”) en un futuro no muy lejano, eliminarlo y saborear una dulce venganza.

A los futbolistas también les pido un poquitito más de madurez y responsabilidad en sus declaraciones. Carlos Caszely, a quien teníamos por alguien cuerdo y mesurado, aseguró hace unas horas que Lucero tendría que pedir perdón “de rodillas”. ¿Qué queda para él luego de, jugando por Chile, hacerse expulsar contra Alemania Federal en el Mundial de 1974 y marrar un penal clave en el del año 82?

La situación de Lucero me recuerda la de Mauricio Pinilla, cuando se fue, sin dar mayores explicaciones, a Colón de Santa Fe, dejando a la “U” en una incertidumbre y desorientación considerables. Finalmente no ingresó ni a las filas del cuadro argentino ni a las del Atlas mexicano, ya que los rojinegros llevaron su caso a la FIFA. Tranquilidad, en el fútbol, a diferencia de otras esferas de la vida, siempre se hace justicia.

Haciendo abstracción de las aristas legales, sigo pensando que es importante escuchar a los jugadores. A las personas detrás de los jugadores. Mirarlos.

¿A los hinchas les dicen “mercenarios” si se van a trabajar de una isapre a otra o de un banco a otro de la plaza? ¿“Vendidos” si aspiran a mejorar su pecunio? ¿“Traidores” si no les atrae la idea de terminar su vida útil como deportista en el equipo en que están hoy?

Los futbolistas son los principales protagonistas de este juego, que para ellos no es un juego ni un pasatiempo. Es su trabajo, su presente y su futuro. Rara vez los sentimientos del hincha consideran que ellos, desde el tablón o el sillón de sus livings, no sufren la presión de los jugadores, no reciben los insultos que sí caen sobre ellos, ni arriesgan su físico como ellos (salvo cuando los aficionados llevan años sin hacer deporte y comiendo como marabuntas).

Es hora de ponerse en el lugar de los futbolistas. Sin ellos el más lindo de los deportes sería apenas una cancha vacía, con las graderías repletas de criticones que no tendrían a quiénes criticar.