IA y seguridad digital: ¿está Chile preparado para los desafíos del 2025?

El país enfrenta el reto de integrar la inteligencia artificial como herramienta clave para la innovación y la protección de sus infraestructuras críticas, mientras regula su uso responsable.

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Por El Ágora
Actualizado el 17 de febrero de 2025 - 12:31 pm

La inteligencia artificial puede ser muy útil, pero a la vez un grave peligro / Foto: ARCHIVO

La inteligencia artificial (IA) está revolucionando el mundo y redefiniendo las prioridades en seguridad digital. En Chile, esta tecnología representa tanto una herramienta clave para la innovación como un reto significativo en materia de ciberseguridad.

Su aplicación podría fortalecer las defensas digitales del país, pero también lo expone a nuevas vulnerabilidades, panorama ante el cual Patricio Campos, CEO de Resility, advierte que debemos actuar rápidamente para gestionar los riesgos y maximizar los beneficios de esta transformación.

La capacidad de la IA para analizar grandes volúmenes de datos y detectar patrones complejos la convierte en un aliado poderoso contra las amenazas cibernéticas. Pero también está siendo utilizada por atacantes para desarrollar estrategias más sofisticadas. En palabras de Campos, “la IA plantea un doble desafío: su implementación como herramienta de protección y la necesidad de prevenir su mal uso en actividades maliciosas”.

Sectores críticos en la mira

Los sectores de energía, salud y transporte, esenciales para la estabilidad del país, son especialmente vulnerables ante ataques potenciados por IA. El experto advierte que el desarrollo de sistemas automatizados debe ir acompañado de estrictas medidas de seguridad y regulación.

Eventos internacionales, como los ataques al oleoducto Colonial Pipeline en Estados Unidos, son un claro recordatorio de los riesgos. Y en Chile, incidentes como el ransomware que afectó a instituciones clave, subrayan la urgencia de proteger las infraestructuras críticas.

A su vez, las pequeñas y medianas empresas (pymes), que representan la mayor parte del tejido empresarial chileno, enfrentan un doble desafío: su vulnerabilidad a los ciberataques y su falta de acceso a tecnologías avanzadas como la IA. “La democratización de la inteligencia artificial es esencial para que las pymes puedan protegerse y competir en un mercado digital”, señala Campos.

Para enfrentar estos retos, “necesitamos el desarrollo de políticas públicas en IA, es decir, marcos regulatorios específicos para garantizar un uso ético y seguro de la tecnología. También diseñar programas educativos que preparen a las futuras generaciones en inteligencia artificial. Sumarle a eso el participar activamente en iniciativas globales para el desarrollo responsable de la IA. Y algo clave será apoyar económicamente a las pymes para que adopten tecnologías de IA en sus operaciones”, advierte Campos.

El peligro de los actores de amenazas

Un aspecto crítico que no debe subestimarse es el riesgo que representan los actores maliciosos, ya sean individuos o grupos respaldados por estados o “empresas delictivas”. Estos utilizan inteligencia artificial para ejecutar ataques de ingeniería social cada vez más sofisticados y difíciles de detectar, especialmente para personal sin formación técnica en el área. Entre sus estrategias destacan la generación automatizada de textos para ataques de phishing y la suplantación de identidad de altos directivos o gerentes clave dentro de las organizaciones, con el fin de obtener información sensible o realizar desvío de capital a paraísos fiscales a nombre de pago de servicios.

En particular, los ataques dirigidos a infraestructuras esenciales, como redes eléctricas o servicios de salud, podrían tener consecuencias devastadoras. “La sofisticación de los atacantes crece a la par de la tecnología, lo que hace indispensable anticiparse a estas amenazas con soluciones innovadoras y colaboración global”, suma el CEO de Resility.

Para cerrar, en materia digital, Chile lleva la delantera en varias dimensiones, pero mantener este liderazgo dependerá de su capacidad para equilibrar el desarrollo tecnológico con medidas de protección robustas.

Como concluye Campos, “la IA deberá ser un pilar para construir un futuro digital seguro y sostenible”.