(VIDEOS) Serrat: íntimo y conmovedor

En entrevista para TV3 de España, Joan Manuel Serrat habla de sus miedos y melancolías, tristezas y alegrías, en una conversación esencial con el periodista Ricard Ustrell. “Superé cuatro cánceres. Si me quieren enterrar, que me entierren en trozos…”, afirma el cantautor.

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Por Andrés Alburquerque
Actualizado el 27 de noviembre de 2024 - 6:00 am

“Lo peor de hacerse mayor es hacerse mayor”, dijo el artista con dolorosa sinceridad. Foto: X (TWITTER)

Joan Manuel Serrat está tan viejo (27-12-1943) que tiene nostalgias a sangre viva por sus padres, y para graficarlo, ocupa una palabra tan antigua que ya se cae del diccionario: “melanconioso”.

No es gratuito el uso de una palabra en desuso, como tampoco la ocasión para entrevistar al cantautor barcelonés. Y es que, a casi dos años de su retirada, Serrat recibió el 25 de octubre el premio Princesa de Asturias de las Artes 2024.

Serrat fue invitado al programa Col-lapse, de TV3, presentado por Ricard Ustrell. Con casi 81 años, el artista abrió su vida más íntima a los espectadores. “Lo peor de hacerse mayor es hacerse mayor”, dijo con dolorosa sinceridad.

Ustrell le preguntó si en algún momento especial de su carrera había sentido la ausencia de sus padres. Ahí, Serrat se abrió por completo: “He empezado a echar mucho de menos a mis padres, a medida que los perdí”. Luego habló con el corazón en la mano sobre ellos. Acá puede ver la entrevista completa (en catalán).

Melancolía envuelta de cosas cojonudas

“Fue un duro golpe su muerte. Los había tenido siempre conmigo. Había podido ir yo por todas partes, pero ellos estaban allí. Siempre. Ambos fueron fundamentales y siempre hay nostalgia en el pensamiento, hay también una cierta melancolía… Pero esta melancolía está envuelta de cosas cojonudas, de cosas buenas que te han pasado, y de gente maravillosa que has conocido. Estoy muy melanconioso de los amigos que he perdido”, añadió.

“¿Sabes? Siempre me acuerdo de mi madre, y si alguna vez sueño con ella, lo hago con mucha alegría. Jamás con mal sabor de boca, siempre con una sonrisa”, comparte.

Acerca de sus tres hijos, dice que “están repartidos por el mundo, viviendo sus propias vidas en lugares diversos con mis nietos. Unos están aquí, otros están en Australia y otros, en Madrid, pero sé que están aquí”.

A pesar de la dispersión geográfica, asegura que la familia sigue estando muy unida. “Ya hay planes para celebrar la Navidad juntos el próximo mes. Eso demuestra el esfuerzo por mantener la cercanía familiar. Vendremos todos y nos encontraremos todos… Me gusta tener los nietos que tengo, los quiero mucho. Tienen salud y me dan muchas alegrías”, dijo con una sonrisa.

¿Trova en castellano o catalán?

Muchas de las letras de sus canciones son auténticos poemas, en castellano o en su idioma natal, el catalán. Polémica fue su reivindicación antes de Eurovisión 1968, cuando anunció que no representaría a España a menos que se le permitiese cantar en catalán. La TVE decidió vetarlo y sustituirlo por Massiel (que ganó con “La la la”). La situación hizo que, durante años, el joven Serrat fuera perseguido por la censura del régimen franquista.

“Son cosas que pasaron. Yo no me levanté un día y me dije: ‘voy a desafiar al régimen’. Soy catalán y me siento profundamente catalán. Nunca mi pensamiento ni personal ni social ni político ha estado apartado del concepto de Cataluña”, aclaró.

El catalán junto al trofeo por el premio Princesa de Asturias.

Sin embargo, matizó: “Se me critica por cantar en castellano desde Cataluña y se me critica desde Castilla por cantar en catalán. He recibido de ambos lados. El problema no es mío: lo tienen los intolerantes. Pienso que con lo de Eurovisión el régimen se equivocó y fue un error de intransigencia y de intolerancia”.

Un país muy complejo

Ustrell le interrumpió: “¿Son dolorosas estas críticas que vienen de tu país y de tu gente? Serrat contestó: “En mi país también surge gente en determinados lugares que quiere colgar a los moros. Quiero decir, eso es tu país también. No lo sé, mi país es muy complejo. Mi país no es unitario en el pensamiento ni es único en sus sueños. Ni siquiera en su lectura de la historia. Es un país muy complicado”.

Y ahondó un poco más en el oscuro tema del franquismo, desde su época como integrante del grupo Els Setze Jutges, en 1965. “En cada actuación que hacíamos tenía que haber un censor que vigilaba las canciones que cantábamos. Las que nos dejaban cantar y las que no. El Ministerio de Información y Turismo podía suspender los actos que le diera la gana siempre que considerara que eso podía afectar, atentar o molestar al régimen oficial”.

“Superé cuatro cánceres”

El franquismo era algo más terrorífico en cuanto a la vigilancia del pensamiento humano. Pensar contra el régimen, manifestarlo y, por tanto, enfrentarlo, era perseguido. Brutalmente perseguido. En España, se siguieron asesinando oficialmente a personas hasta la muerte de Carrero Blanco. E incluso más tarde, hasta el año ’76”, afirmó.

Y cuando se le consultó por su salud, sorprendió con un dato del que se conocía muy poco. “He superado cuatro cánceres”, dijo. “Son batallas que marcan profundamente. Y te llevan a reflexionar sobre el paso del tiempo y el envejecimiento”.

Y aunque no ahondó en diagnósticos ni tratamientos, se sabe que afectaron a órganos como los pulmones y la vejiga. “He decidido que me entierren en trozos. No me hace ninguna ilusión que me entierren. Entonces, enterrar por enterrar, que me entierren en trozos”.

Una promoción de la entrevista (en catalán):

Su discurso tras recibir el Princesa de Asturias: