Columna de José Miguel Ortiz: Somos tontos, ¡pero hasta las dos y media solamente!

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Por El Ágora
Actualizado el 16 de marzo de 2024 - 4:35 pm

En la región del Biobío vale la pena recordarles a todos que el mundo de los negocios y “negociados” no tiene mucha relación con la acción social y comunitaria.

Por José Miguel Ortiz / Foto: FACEBOOK

Se destapó otra olla. La Fiscalía allanó la Fundación Bonhomía, la que en convenio con el GORE Biobío recibió más de 350 millones de pesos para el proyecto: “Política regional para promover el bienestar, Biobío vive sano”, encontrándose, además, marihuana y pastillas de éxtasis.

Para implementar este proyecto, el representante legal de dicha fundación, Benjamín Pavón Hidalgo, contrató a su madre, Ana Manuela del Carmen Hidalgo Rose-Price (foto principal), quien en 2021 intentó ser concejala apoyada por el Partido Republicano en Chiguayante.

Ahora sí están cayendo “peces más gordos”. El caso de Camila Polizzi podría ser una “bagatela” en comparación a este. La Polizzi es de origen proletario e intentó saltar a la política desde el modelaje y el activismo barrial.

El caso de la blonda Manola Hidalgo Rose-Price es distinto; es parte de una patética y diminuta seudo “elite penquista” que da vueltas sobre sí misma. Van a los mismos colegios, gozan de la vida en los mismos lugares. Se dedicaron al comercio, no siempre con buenas artes.

Hasta que de repente descubrieron que también tenían “sensibilidad social”. En el primer gobierno de Piñera ya lograron pingües beneficios en convenios y fondos provenientes desde distintas reparticiones públicas. Por tanto, la modalidad de asignación directa desde un gobernador regional arribista y maquiavélico les cayó como anillo al dedo.

Vale la pena recordarles que el mundo de los negocios y “negociados” no tiene mucha relación con la acción social y comunitaria. Las platas del Estado tienen que ir prioritariamente a quienes de verdad más lo requieren. De hecho, la creación de esta entelequia tiene entre sus objetivos emparejar un poco la cancha, sobre todo en uno de los países más desiguales del mundo, como el nuestro.

Por ahora, debemos esperar que la Fiscalía y el Poder Judicial sigan haciendo su tarea, en forma minuciosa y profesional, por el bien de los ciudadanos y el país. Y, además, que el periodismo responsable y libre pueda seguir informando estos temas relevantes, para todos y todas.