Columna de Sergio Gilbert: El Tigre Gareca, como escoba nueva

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Por Sergio Gilbert
Actualizado el 22 de febrero de 2024 - 11:15 am

Que les haya abierto las puertas a todos, que haya incluido en sus conversaciones a jugadores que en su mayoría no estarán más allá de un período corto, muy acotado, en la Roja, no parece más que una estrategia bien pensada por el DT para provocar compromiso, para unir.

Por SERGIO GILBERT J. / Foto: ARCHIVO

Tal y como lo anunció el día de su presentación oficial, Ricardo Gareca realizó una ronda de entrevistas por separado con varios medios de comunicación. La cita fue en Juan Pinto Durán (y esperamos que El Ágora también tenga oportunidad de un mano a mano con él). Allí dio a conocer sus primeras vivencias, evaluaciones y proyecciones como nuevo entrenador de la selección chilena.

Estuvo, en general, claro Gareca. Dio a conocer cuál será la base de su trabajo que tiene como objetivo principal y único la clasificación de Chile al Mundial 2026. Como dice el dicho, como toda escoba nueva, el Tigre barrió bien y provocó en el medio la percepción de que tiene más o menos claro el diagnóstico del actual estado de la Roja. Y fue clarito al señalar cuáles serían las mejores herramientas para mejorar el mediocre nivel que ha exhibido durante las eliminatorias.

El DT se vio incluso conforme (demasiado conforme en algunos casos) con las condiciones que tiene para trabajar. A diferencia de todos sus antecesores inmediatos, por ejemplo, dijo que el complejo Juan Pinto Durán está en óptimas condiciones para entrenar de la mejor forma, que ha sentido el respaldo de quienes lo trajeron y, lo más importante, que ha tenido buena recepción de todos para sumarse a la labor en la selección. Eso incluye al portero Claudio Bravo y al lateral Mauricio Isla (foto principal). Ambos en el anterior proceso técnico, encabezado por Eduardo Berizzo, se habían restado por motivos diversos.

Claro, lo que más llamó la atención desde el punto de vista mediático en las entrevistas dadas por Ricardo Gareca fue esta invitación amplia, sin exclusiones a jugadores, en específico a los que aún quedan de la llamada generación dorada.

Gareca en ese punto no se anduvo por las ramas y dijo que había hablado, aparte de con Bravo e Isla, con Gary Medel, Arturo Vidal, Charles Aránguiz, Alexis Sánchez, Eduardo Vargas y Marcelo Díaz. Frenó así en seco el que se pensaba era un inevitable cambio generacional de la Roja.

¿Está bien que Gareca esté pensando en los veteranos -mayores de 34 años- para enfrentar las eliminatorias? ¿De verdad podemos creer que con seis o siete jugadores de la generación dorada es posible pensar en la clasificación al Mundial y, eventualmente, en la participación digna en esa instancia?

Por cierto que no. No es posible lo uno, y menos lo otro. Pero es un hecho que Gareca tampoco lo piensa.

Que les haya abierto las puertas a todos, que haya incluido en sus conversaciones a jugadores que en su mayoría no estarán más allá de un período corto, muy acotado, en la Roja, no parece más que una estrategia bien pensada por el DT para provocar compromiso, para unir.

Porque como bien explicó el Tigre en una de las entrevistas que dio, que haya hablado con todos no asegura que todos sean convocados. Pero al saber que puede echar mano en cualquier momento a alguno que está pasando por una buena racha o que pueda cumplir un rol específico en una convocatoria (incluso no siendo incluido en la oncena titular) el DT tiene la claridad que no tendrá conflictos cada vez que haga una convocatoria. “No te quiero ahora, pero no te preocupes que quizás te querré a la otra” es más o menos el mensaje que habrá siempre.

No es mala idea. Infalible tampoco, pero Gareca eligió una forma de trabajo y es su potestad hacerlo.

Se podrá estar en contra a priori, se podrá debatir e incluso se podrá anticipar la generación de algunos problemas.

Pero hoy no es el momento de abrir esa caja de Pandora.

Ricardo Gareca tiene el deber y el derecho primero de mostrar qué tal le resulta lo que quiere antes de empezar a criticarlo.

La escoba recién se compró…