Gareca, con carta blanca: por qué vuelven los “dorados” y los representantes a La Roja

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Por El Ágora
Actualizado el 21 de febrero de 2024 - 3:25 pm

La dirigencia avaló el cambio de estrategia que constituyen las medidas aplicadas por el nuevo seleccionador y que se contraponen a las exigencias que se impusieron antes a los técnicos Rueda y Berizzo.

Por CAMILO REY / Foto: ARCHIVO

Dentro de un mes, el técnico argentino Ricardo Gareca se pondrá oficialmente el buzo de La Roja. Inaugurará así su ciclo al frente de la selección, dejando atrás las alabanzas e, incluso, aquellas críticas más sentidas que lo tildaron de “mercenario” y “traidor”, tras cambiar el banco de Perú por el su rival más enconado. Siempre proclive a las polémicas que potencian su perfil de escritor confrontacional, el popular Jaime Baily disparó desde Miami. Dijo que está “profundamente decepcionado de él. Ha traicionado a los hinchas peruanos y me incluyo; hay rivalidades históricas que uno tiene que respetar”, planteó el columnista de El País.

Los partidos del 22 de marzo ante la débil Albania y el 26 frente a la poderosa Francia, será la instancia para que Gareca estrene un ciclo proverbialmente especial. Y es que tras la desvinculación de Eduardo Berizzo a causa del pésimo rendimiento numérico y futbolístico, la dirigencia de la Federación vuelve a cambiar de rumbo respecto a los objetivos planteados.

Si la búsqueda de la anhelada renovación luego del desgaste natural en la “Generación Dorada” había sido una de las exigencias más complejas para Reinaldo Rueda y el propio Berizzo, ahora esa estrategia razonable y lógica parece dejarse de lado. Y volver a creer que los “veteranos” de la Copa América aún pueden solventar una estructura para el próximo torneo sudamericano y las eliminatorias que -por cierto- reclaman un revulsivo poderoso.

CAMBIA, TODO CAMBIA…

Conforme a esa línea de acción, Gareca ya reveló que sostuvo contactos personales o digitales con el grupo de figuras que ya estaba en el andén definitivo del adiós a La Roja. Claudio Bravo, Arturo Vidal, Alexis Sánchez, Gary Medel, Mauricio Isla e -incluso- Marcelo Díaz dialogaron con el entrenador. Obviamente, se pusieron a disposición para seguir siendo considerados.

No por inconsistente con los planes anteriores la medida resulta extraña. Gareca necesita respaldarse en los referentes como plataforma que sustente inicialmente su labor… Aunque la apuesta mantiene cuotas de riesgo.

Respecto a la próxima Copa América, el Tigre sostiene que, como principio, “iría por lo mejor, pero no iría por un banco de prueba. Serviría para probar y competir. Puedo aprovecharlo en ambas medidas. Vamos a clasificar y a intentar avanzar y hacer la mejor Copa América que podamos hacer”.

Según el análisis del entrenador nacido en La Matanza, las copas América “dan la posibilidad de contar con más tiempo y trabajar con los jugadores. El técnico puede plasmar una idea futbolística. Para todos los entrenadores nos da esa posibilidad de acentuar ideas, trabajar al equipo para tener mayor consistencia en todo”.

El “nuevo trato” no sólo apunta a reconsiderar a algunos componentes de la “generación dorada”. Además, se pretende reestablecer vínculos con los empresarios que manejan a los jugadores de La Roja. Antes su influencia fue cuestionada en Pinto Durán debido al poder alcanzado por Fernando Felicevich a causa de su representación de Vidal y Sánchez, entre otras figuras.

Ahora, paradójicamente, también la opinión es distinta. “Yo como DT no tengo contacto con representantes. No porque no crea en ellos ni crea que no son útiles, porque cada jugador tiene el suyo, pero son cosas personales de cada uno”, afirma el DT. “Ellos necesitan su lugar, su momento para hablar con jugadores, pero todo en un momento y situación. Yo los respeto y ellos deben respetar mis momentos con los jugadores. No tendré problemas para que se muevan dentro de la selección. Nunca los he tenido”, aclaró el nuevo jefe.

En suma, con carta blanca, Gareca podrá desandar el camino que antes parecía correcto a la misma dirigencia y encauzar su trabajo con plena libertad de decisión. Y es que los tiempos y las ideas cambian, aunque ojalá también lo hagan los resultados…