US Open: Djokovic, irrompible
A los 36 años, el serbio confirmó su gran momento: logró el tercer Grand Slam de la temporada y el número 24 de su carrera, al derrotar al ruso Daniil Medvedev por 6/3, 7/6 (5) y 6/3.
Por SERGIO RIED / Foto: AGENCIAS
No se dio la final soñada entre el serbio Novak Djokovic (1) y su más enconado rival, el español Carlos Alcaraz (2), por la inesperada derrota del murciano ante Daniil Medvedev en semifinales. Y aunque el ruso fue un merecido y digno rival, la lucha, si bien encarnizada y emocionante, siempre estuvo inclinada para el lado del serbio.
Djokovic hizo uso de todos los golpes y la técnica del tenis, para terminar acabando con su adversario, que mantuvo como únicas armas su juego monocorde de fondo de cancha y su tenacidad para devolver. Muy poco para amagar a un súper campeón como “Nole”.
EL PREAMBULO
Pero veamos cómo Medvedev alcanzó esta instancia. Primero, porque como ya está dicho, venció a Alcaraz en semis en un partido épico, luchado punto a punto durante cuatro sets, en los que el ruso demostró una resiliencia y un poderío inusitado para un jugador que se desenvuelve cinco o seis metros detrás de la línea de fondo y aun así es capaz de poner la pelota en el otro fondo. Y además, con potencia y buena ubicación.
El mismo Carlitos (Alcaraz) lo puso muy claro cuando, después de su derrota, dijo que “este tío te pone unos cañonazos desde tan lejos que no se puede creer y cuando traté de hacer saque y red, me tiraba unos ‘passings’ increíbles desde su casa” . Tal cual. Ese es Daniil Medvedev.
LA FINAL
El partido por el título ponía frente a frente a los dos jugadores que mejor lucieron en las fases previas. El serbio sólo sufrió en segunda ronda, al levantar una desventaja de dos sets ante su compatriota Lazlo Djere, y luego en semis, contra la sensación del torneo, el estadounidense de 20 años Ben Shelton, quien le dio dura lucha.
Su rival, fue el jugador que mejor se vio durante las dos semanas de competencia. Dejó en el camino al estadounidense Taylor Fritz (9) en semifinales y al verdugo de Nicolás Jarry, el australiano Alex de Miñaur (13), en cuartos. Siguió sin contratiempos hasta la tarde de la final, cuando pagó caro su falta de volea y su juego tan lejos de la cancha.
Pecados que no se pueden cometer contra un jugador tan completo, sabio y astuto cono el serbio, que “se las sabe todas” y que domina todas las facetas del juego y usa con maestría toda la cancha.
Una final esperada, pero no por ello sin interés ni emociones, que fue ideal para un público bullicioso y entusiasta como el neoyorkino, que disfruta, grita, aplaude y vitorea en todos los espectáculos, ya sean deportivos, artísticos, políticos o de otra índole.
Así se fue otro capítulo del mejor, más relajado, emocionante y brillante de los Grand Slams.
Con un campeón de lujo.
BRILLÓ GAUFF
La campeona de singles femenino, la estadounidense Cori “Coco” Gauff, de 19 años, merece un párrafo aparte, porque no sólo venció en la final a la número 1 del mundo, la bielorrusa Aryna Sabalenka por 2/6, 6/3 y 6/2, sino porque demostró tener un juego y un temple que la convierten en la nueva Serena Williams, su ídola y su razón de haberse convertido en tenista. Tras su primer título grande, le auguramos a “Coco” un brillante futuro.