Triunfazo de la Roja para cerrar el año

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Por Eduardo Bruna
Actualizado el 15 de noviembre de 2016 - 11:41 pm

Nadie le había anotado tres goles a Uruguay. Pocos lo habían vencido con tanta autoridad en estas clasificatorias hacia Rusia 2018. El triunfo de la Roja pues, por 3 goles contra 1, tiene un mérito enorme, más si se considera el primer tiempo titubeante que realizó el equipo de Pizzi, sobre todo en unos primeros minutos que fueron de espanto.

Al minuto falló Jara. Frente a un rechazo de Coates el balón se le escurrió por debajo de la suela y el error lo aprovechó de inmediato Suárez, para ceder a un Cavani que por el centro ingresaba destapado. Bravo pudo bloquear el remate a quemarropa y, por suerte para Chile, el rebote no pudo ser empalmado de buena forma por González, que disparó desviado.

La Roja, en esos minutos, no podía hacerse de la pelota. Evidentemente incómoda con la presión que ejercía Uruguay, carecía de precisión y de tranquilidad para intentar su juego bien tramado desde las últimas posiciones, una de sus características más notables. Como obvia consecuencia, sus volantes eran incapaces de crear nada y los hombres en punta se veían unay otra vez superados las pocas veces que podían hacerse de la pelota.

Fueron malos esos primeros minutos. Rotundamente malos. Y en medio de esa desorientación, de no saber qué hacer con el balón en los pies, vino el gol uruguayo. En un lateral se hicieron un nudo Medel y Díaz y el pase corto de este hacia atrás fue capturado por Suárez, quien presto buscó a un Cavani que entraba absolutamente destapado por el centro del área.

Nada pudo hacer Bravo frente a ese remate al que no llegó a trabar ningún defensa rojo.

La Roja intentó una reacción, pero bien marcado Vidal no había quien generara fútbol. Los espacios estaban todos cerrados y por las bandas ni Fuenzalida ni Beausejour pesaban. Recién en el minuto 35, tras un corner rechazado por la defensa “charrúa”, Isla intentó un remate desde fuera del área que se fue por poco junto a un poste ante la expectación de un público que veía que el equipo era anulado una y otra vez por la reconocida solidez defensiva del cuadro de Tabaarez.

El juez auxiliar levantó la pizarra electrónica para marcar los minutos de descuento, que eran dos, cuando desde las últimas posiciones se armó el gol chileno. Un gol que, para ser sinceros, hasta ese momento no se veía por dónde podía llegar. Jara cedió para Vidal y este la alargó hacia Sánchez. El del Arsenal avanzó unos metros y laabrió hacia un Beausejour que le ganó al cierre de Pereira y el centro de este, extrañamente, sorprendió por primera vez mal parada a la zaga celeste. Tanto, que Vargas ni siquiera necesitó saltar para empalmar el cabezazo que se metió en un rincón bajo del arco de Muslera.

Fue lo que se llama “un gol sicológico”. Claramente, era muy distinto partir hacia los vestuarios perdiendo que con el partido abierto.

El equipo aprovechó esa inyección anímica para retornar virado. Ya a los 56 minutos le anularon a Alexis un gol por un fuera de juego inexistente, luego que Sánchez arrancara solo ante un pase profundo y se la tirara a Muslera en globito. El que estaba adelantado era Vidal, pero este nunca intervino en la jugada que habilitaba Godín.

Minutos después, sin embargo, Sánchez tuvo su revancha. Capturó un lateral por la banda izquierda, superó la marca de Vecino y le pegó llenita de aire, metiéndola junto al primer palo cuando Muslera, seguramente, esperaba el disparo cruzado.

El gol, como es lógico, desató una algarabía indescriptible. No es fácil volcar un partido frente a Uruguay. Cuando los celestes te vacunan, como en esta oportunidad, se hacen doblemente fuertes y se convierten en un cuadro muy difícil de vulnerar.

Pero la Selección lo había conseguido de la mano de Alexis, quien tras la salida de Vidal, para dar paso a Valencia, se transformó en el estandarte de la Roja, en ese jugador distinto que no en vano brilla en la liga inglesa y es codiciado por algunos grandes del fútbol europeo.

La victoria parcial era, además, doblemente meritoria y absolutamente necesaria. En San Juan, paralelamente, Argentina hundía a Colombia y el triunfo nacional lo ubicaba ya no sólo en zona de repechaje, sino en zona de clasificación directa.

Fue el propio Sánchez quien puso la guinda de la torta que coronó una noche inolvidable. Capturó a lo crack un pase profundo de Marcelo Díaz y emprendió hacia el arco uruguayo una veloz carrera frente a la que nada pudieron hacer Pereira ni Coates. El tocopillano les ganó en velocidad y tuvo la fuerza y el temple necesario para resistir la carga. Su carrerón culminó con un “puntete” de zurda ante el cual nada pudo hacer tampoco Muslera.

El gol de Alexis puso “groggy” a un cuadro uruguayo que, naturalmente, sintió en lo más profundo esa tercera estocada. Es más: cuatro minutos después de su vibrante conquista, Alexis tuvo en sus pies el cuarto, pero se lapincharon justa cuando ya se aprestaba a fusilar otra vez a Muslera.

Uruguay, a partir de ese momento, sólo intentó mediante pelotazos frontales al área o mediante centros que aprovecharan la mayor envergadura de los hombres celestes. Precisamente para neutralizar eso fue que Pizzi decidió el ingreso de Rocco por un Fuenzalida que ya no dabamás.

A dos minutos del término, se produjo la última incidencia digna de ser considerada. Bravo le cometió penal al volante Ramírez pero enmendó su error desviando el disparo desde los doce pasos de un Suárez que, en esa instancia, no falla nunca. O casi nunca.

Feliz término de año, pues, para una Roja que sólo volverá a la competencia en marzo del año próximo.

Será Argentina el rival de turno y es ocioso señalar que es el peor de todos para intentar seguir allá arriba. Pero este equipo ha demostrado que es capaz de cualquier cosa cuando todos se enchufan y ponen lo que hay que poner.

PORMENORES

Fecha duodécima de las clasificatorias sudamericanas.
Estadio: Nacional.
Público: 45 mil personas, aproximadamente.
Arbitro: Enrique Cáceres (Paraguay).

CHILE: Bravo; Isla, Medel, Jara, Beausejour; Hernández, Díaz, Vidal (57´ Valencia); Fuenzalida (74´ Roco), Vargas, Sánchez (83´ Castillo).

URUGUAY: Muslera, Pereira, Coates, Godín, Silva; Sánchez (65´ Ramírez), Arévalo, Vecino, González (78´ Lodeiro); Cavani y Suárez.

GOLES: Para Chile, Vargas a los 45+1, Sánchez a los 60´ y 75´. Para Uruguay, Cavani a los 16´.

Tarjetas amarillas: En Chile, Vidal. En Uruguay, Muslera, Súarez y González.

Incidencia: Suárez perdió un penal en el minuto 88´, ante atajada de Bravo.