Cero Aporte: Julio César Toresani, un valiente que pasó sin pena ni gloria por La Florida

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Por Matías Alcántara
Actualizado el 28 de septiembre de 2016 - 11:59 am


El destacado ex volante argentino actuó por Audax Italiano en 2001, donde mostró sólo chispazos de lo que fue su mejor momento futbolístico que lo tuvo como titular tanto en River como en Boca. El ahora entrenador supo no intimidarse ante Maradona, con el que tuvo mediáticas disputas, y también logró ganarle a un cáncer después del retiro.
El “Huevo” Toresani se hizo conocido en el fútbol mundial por un enfrentamiento con Diego Maradona, el 8 de octubre de 1997, cuando el “Diez” volvía a lucir su magia en la Bombonera. El entonces volante de Colón de Santa Fe se juramentó amargar la fiesta, y en ese partido lo trató como a un jugador más, y no como al gran ídolo de Argentina.

Tuvieron tantos roces, que en la calentura Maradona le dio la dirección de su casa (Segurola y la Habana #4310), donde lo esperaría para arreglar las diferencias a las piñas (combos). Pero finalmente ambos dieron vuelta la página cuando coincidieron en el Xeneise, pese a las bromas de los compañeros que afirmaban que Diego quería freír huevos.

No sólo fue el único futbolista argentino en “cruzarse” en el camino de Maradona jugador, sino que es uno de los pocos en vestir las cuatro camisetas de dos de los tradicionales clásicos trasandinos, por lo se le endosó el rótulo de “traidor”, pues jugó tanto en Unión como en Colón de Santa Fe, además de defender a River Plate y Boca Juniors, lo que le costó el repudio de hinchas propios y rivales.

Julio César apareció por Chile en el 2001. Con 33 años firmó en Audax Italiano, luego de seis meses de inactividad: «Para mí es algo muy importante, si bien uno ha jugado mucho tiempo en Argentina en clubes grandes, jugar en este país es un desafío interesante. Espero poder rendir y cumplir las expectativas de los dirigentes», afirmaba a su llegada al país.

Pero su rendimiento distó mucho al exhibido en Argentina. Su velocidad, su principal característica, bajó dos cambios. Y sus centros generalmente pasaban más cerca del alcanza pelotas que de sus compañeros.

Pese a que no lució como en River o Boca, el volante –que también se desempeñó como marcador de punta- jugó 28 partidos con la camiseta de Audax, sin registrar goles pero sí dos expulsiones.

En su paso por La Florida se mostró distante con los medios de comunicación, rehusando casi siempre las entrevistas individuales. Después del retiro, y de comenzar una carrera de entrenador que lo tuvo dirigiendo a varios equipos del ascenso argentino, actualmente comanda la banca del Real Potosí de Bolivia.

Pero antes tuvo que enfrentar un duro cáncer, un linfoma no-Hodgkin, que afortunadamente superó: “Pensé que mi vida se acababa a los 45 años. Se te vienen muchas cosas a la cabeza. Al principio me agarró el bajón, estaba mal anímicamente. Me encerraba en la habitación o el baño a llorar para que no me vieran mis hijos. Pero me propuse seguir adelante y nunca bajar los brazos. Hice una vida normal, más allá de que no me sentía bien. Pero gracias a Dios estoy fuerte y totalmente curado».

Pese a que su desempeño futbolístico en Chile lo hace merecedor de estar en esta sección, Julio César Toresani demostró en su vida toda su valentía dentro y fuera de la cancha.