Columna de Alejandro Cortés: Sub 17, la excusa perfecta para los amargos diagnosticadores del fútbol chileno
Le agradezco a Marco Sotomayor, director de El Ágora, que me dijo: “Da tu opinión, como experto del fútbol joven”, y le respondí: “¿Experto, yo? No sé manejar mi vida y seré experto, además pasaremos discutiendo por este punto de vista. Y lo otro, es que tengo un respeto tremendo por Caputto, que partió como director de escuela de fútbol y que además espero que siga como seleccionador nacional.
Por ALEJANDRO CORTÉS / Foto: ARCHIVO PHOTOSPORT
La categoría sub 17 sigue siendo etapa de formación, es decir que ya partimos mal cuando le llaman fracaso a la parte final de asimilación del mundo fútbol profesional. Aún no todos los jugadores podrán asegurar vivir del futbol, entonces, escuchar decir “saquemos al entrenador, los jugadores no sirven” es obsceno, y si esto lo plantea gente del fútbol y que trabajó o trabaja en él, es inmoral y demuestra ignorancia del tema.
Diecinueve son los sudamericanos jugados y de ahí usted puede tomar todas las estadísticas, leerlas y fundamentar. De todos ellos, en sólo seis pasamos a segunda ronda; sí, tal como lo lee. Desde el año 1985 hasta el 2023 esas son las clasificaciones a segunda ronda, la mitad fueron a cargo de Hernan Caputto.
Cinco mundiales sub 17: cuatro por clasificación de Véliz, Bigorra y Caputto y una como organizadores con Miguel Ponce, que tampoco llegó a la fase final.
De las participaciones mundialeras la más destacada fue la que dirigió Leonardo Veliz, con Tapia, Rozental y Neira de ese equipo que obtuvo el tercer lugar, ninguno fue titular indiscutido en la selección adulta, NINGUNO. Quizá apariciones individuales de Rozental, Neira, Tapia, Galaz (destacado en el medio chileno, pero adulto) y Dante Poli, bueno para el micrófono, pero sin memoria con actos de indisciplina. Sólo ahí usted tiene un ejemplo de que están en etapa de formación o ilusión.
Egipto 1997 dejó para la selección adulta a Claudio Maldonado, Milovan Mirosevic y Cristian Álvarez, destacado sería Manuel Villalobos, por citar un nombre.
Chile 2015: sus jugadores más destacados son Marcelo Allende e Ignacio Saavedra.
India 2017: Diego Valencia.
Brasil 2019: Lucas Assadi, Alexander Aravena y Vicente Pizarro.
Si usted no ve a Marcelo Salas, Iván Zamorano, Claudio Bravo, Gary Medel, Mauricio Isla, Arturo Vidal o Alexis Sánchez es porque ninguno jugó un mundial sub 17. Capaz que igual los hayan tratado de fracasados en su momento, qué sé yo.
Lo claro para mí, es que somos un país no futbolizado. Ahí entre el cuarto y el séptimo en Sudamérica, con algunas excepciones y donde vivimos de generaciones espontáneas que hemos logrado aprovechar.
Abel Alonso, Ricardo Abumohor, Sergio Jadue-Jaime Baeza y Arturo Salah fueron los presidentes a cargo de las selecciones mundialistas, Nelson Acosta, Sampaoli, Pizzi y Reinaldo Rueda los entrenadores de las selecciones adultas en el momento de estos mundiales.
Sub 17 es un etapa cúlmine en la formación, cualquier otra postura no la comparto. Lejos, quien más está al debe, es el Estado, incapaz siquiera de difundir bien los Panamericanos, en donde las canchas escasean, donde cada vez hay menos ramas deportivas en los colegios y donde el polideporte es nulo.
Sería vital para el desarrollo del fútbol joven que lleguemos al momento en que cuando hablemos de fútbol joven, vean algo más que el plan de juego, en donde los entrenadores viejos enseñen y no disparen por una cuña deportiva como aves de rapiña con necesidad de atención.
Si no saben, hablen con César Vaccia, él les puede enseñar.