¡Juan Gabriel ha vuelto!
A seis años de su fallecimiento -el 28 de agosto de 2016-, el divo de Juárez regresa con “Ya”, una póstuma canción. En el clip, tal como lo hacía en los escenarios, rebosa vida y esas singularidades que famoso lo hicieron.
Otra vez, está cantando. ¿Ya? Sí, Ya es el nombre de su nuevo single. Su primera canción póstuma. Una colaboración con otros músicos, cuyo video clip lo muestra lleno de vida, con sus acostumbrados movimientos a ritmo de banda y exigiendo, con pegadizo son, “vete de mi vida (…) porque todo ha terminado” (y todo gracias a la tecnología).
Juan Gabriel pareciera estar vivo, vivo en el recuerdo, y más aún si su voz vuelve a sonar con estribillo nuevo. Aclaremos: Es Alberto Aguilera Valadez, su nombre verdadero, el que está muerto desde ese 28 de agosto de 2016, jornada en la que un ataque cardíaco, de modo fulminante tras un concierto, le arrebató la vida a sus 66 años.
Desde entonces, de inmediato, comenzó a escribirse la leyenda, con la fuerza de un mito de la cultura de masas. Uno que, incluso, fingió su muerte y que, en fecha no señalada, volvería al reino público de los vivos para ser abrazado por el aplauso. ¡Tamaña barbaridad la de un cercano colaborador que quiso sacar algún provecho!
El tiempo voló (y vuela). Seis años ya de su partida. Más de alguien espera su carnal regreso. Amor eterno, profesan sus seguidores, hacia el divo de Juárez: cantante de impronta única, compositor fértil, productor discográfico, filántropo e, incluso, actor de cine. Los tributos a su vida se han sucedido uno a otro, como también los actos de revaloración de su trayectoria artística, en tanto insigne representante de la lírica romántica, popular y transversalmente masiva.
Así fue, así fue, así fue. Es y será. Es que Juan Gabriel no fue un cantante más. Fue el principal y aclamado bastión de la música mexicana contemporánea en el último tercio del siglo XX, desde su primer éxito -No tengo dinero, en 1972-, hasta el momento de su muerte en plena gira con sus canciones ya patrimoniales. Cada una de las composiciones de este creativo compositor e intérprete son referentes del cancionero popular romántico latinoamericano y también mundial.
El Noa Noa… Se me olvidó otra vez… Querida… Debo hacerlo… Hasta que te conocí… Amor eterno… Y tantos más… Y así fue… Éxito tras éxito. Y así fue, insisto, por casi cinco décadas. Un superventas: más de 200 millones de discos vendidos, con casi un centenar de álbumes publicados, compilados, en vivo y de estudio. Un talento para la composición: es el autor de más de mil 800 canciones.
Juan Gabriel, su obra… Un compositor incansable que entregó sus canciones a muchos. Entre ellos, Rocío Dúrcal (su preferida desde 1977) e Isabel Pantoja (la sucesora en su corazón tras distanciarse de la primera). Un cantante que vino por primera vez a Chile, en 1981, al programa de Raúl Matas y que en el festival de Viña de 1996 mostró por primera vez de qué estaba hecho: talento puro, puro talento. Juan Gabriel, un señor de los escenarios, popular, de formas tan ambiguas como atractivas para las audiencias.
La ausencia de Juan Gabriel dejó un vacío en muchos corazones. Más de alguien quiso hacernos creer que Juan Gabriel fingió su muerte. Joaquín Muñoz, otrora asistente del divo, puso cara y voz a esta mentira, hizo malicioso uso de grabaciones de imitadores del divo y no se cansó de decir que el artista iba a reaparecer en gloria y majestad, siempre y cuando lo autorizase Andrés Manuel López Obrador, presidente de México. Pero cansado de tanto embuste, Muñoz abandonó su insensato proceder, rayano en la locura, y dijo que Juan Gabriel sí estaba muerto, para, días después, retractarse e insistir en que el astro mexicano está vivo, solo y enfermo. Nada de eso fue verdad. Ya lo sabemos.
Juan Gabriel, su vida… Michoacán: nació el 7 de enero de 1950. A los tres meses de nacido, falleció su padre. Infancia en Ciudad Juárez. Niño pobre. El menor de diez hermanos. Niño criado en un orfelinato desde sus 5 años. Niño vulnerado, abusado. A los 13 escapa y la calle, un peligro para todo adolescente, se convierte en casa.
A pesar de los pesares, el artista logró doblarle la mano al destino gracias a su innegable talento. Dejó, además, un ejemplo de lucha y entrega por alcanzar sus sueños y ser respetado desde su singularidad; un legado en constante resignificación, no sólo desde lo referido a su música, sino también desde lo concerniente a su identidad, su particular estilo de vida, su modo de abrirse paso y hacer acopio de reconocimiento en un país machista en que los hombres no muestran debilidad alguna y menos otros deseos.
Seña identitaria. Juan Gabriel -introvertido en la intimidad, extravertido en el escenario- le dobló la mano a la pobreza. Siempre soñó con la abundancia material tanto como con el calor de una familia. Ésa que le fue negada en su infancia. Cuenta la historia que hace 47 años, Juan Gabriel adoptó a un adolescente de 12 años. Lo llamó igual que él: Alberto Aguilera Jr., a quien sacó del orfanatorio que había fundado el artista.
Años más tarde, pactó con la hermana de su mejor amigo, Jesús Salas, tener un hijo por inseminación artificial. Laura aceptó y en el más absoluto silencio la llevaron a cabo. Hace 35 años, Laura Salas dio a luz a Iván Gabriel, el primer hijo, el único que lleva la sangre Aguilera Valadez, él único que todo heredó, dejando sin nada a los otros hijos adoptados (Alberto Aguilera Jr., Joan Gabriel, Hans Gabriel y Jean Gabriel).
Tras la muerte de Juan Gabriel, la familia, dividida, ha sabido de disputas por el patrimonio del divo de Juárez y de la aparición de presuntos nuevos herederos. Su hijo biológico, Iván Gabriel Aguilera Salas, según los dictámenes de la justicia, es su heredero universal y todas las demandas que intentaron impugnar el testamento quedaron cerradas, aunque nadie puede negar que esta leyenda, la de Juan Gabriel, dé un nuevo vuelco y lo tenga más presente que nunca en la nostalgia, en el recuerdo; o bien, más vivo que nunca con nuevo video clip, como el que por estos días se hizo público.
Juan Gabriel, virtudes artísticas y leyenda pura, persona y personaje mimetizados. Hoy, en la séptima conmemoración de su muerte, un negocio boyante que, tras el luto, demuestra que hay que seguir produciendo. ¿Ya?