Tenis: temporada de pasto
Desde sus orígenes como deporte organizado y con reglas establecidas por el Mayor de Caballería británico Sir Winston Clopton Wingfield en el año 1877, el tenis se jugó sobre césped. Incluso tres de los cuatro Grand Slams se disputaban en pistas de hierba. Australia en el Kooyong Stadium de Melbourne, el US Open en Forest Hills en Nueva York y obviamente Wimbledon, la catedral del tenis, el único sobreviviente del original. Con el correr del tiempo sólo se juegan unos pocos torneos sobre césped entre Roland Garros y el mismo Wimbledon, que conforman la llamada «temporada de pasto».
Por SERGIO RIED
Y es así como una vez finalizado Roland Garros se disputaron el ATP 250 de s’-Hertogenbosch (oficialmente Liberna Open), en la ciudad de Rosmalen, Países Bajos y simultáneamente en Stuttgart, Alemania, la Mercedes Cup, otro ATP 250 que además del premio en dinero, otorga al campeón un coche de la prestigiosa marca automotriz. Este evento que tradicionalmente se realizaba desde 1978 en canchas de polvo de ladrillo, recién se sumó a los torneos sobre césped en 2014 para incrementar en algo esta escuálida «temporada de césped».
Los resultados de ambos eventos no pudieron ser más sorprendentes porque en s’Herstogenbosh ganó el desconocido jugador local Tim Van Rijthoven, 205 del ranking mundial. Y lo hizo de manera contundente derrotando en la final al actual número uno del mundo, el ruso Daniil Medvédev, por un contundente y sorpresivo 6-4 6-1. Pero esa no fue la única hazaña de este desconocido neederlandés, ya que en semis había vencido al noveno del ranking mundial, el canadiense Félix Auger Aliassime en tres sets, en cuartos al francés Hugo Gastón (66 ATP) y antes al norteamericano Taylor Fritz (14 ATP).
Impresionante e inédito porque se trata de un chico de 25 años que lleva 6 temporadas como profesional, que ingresó al torneo merced a una invitación de la organización y que nunca habia ganado un partido ATP. Podrá decirse que el ruso no estuvo a la altura de sus pergaminos, que se relajó ante un rival que aparecía como muy débil y que aún no está al 100% de sus capacidades tras su operación. Pero el hecho es que este sorprendente jovencito demostró durante toda la semana un nivel superlativo. ¿Será un nuevo contendor para los consagrados? El tiempo lo dirá.
A 574 kilómetros de distancia, en el Tennis Club Weissenhof de Stuttgart, Alemania, se vivió otro momento histórico y emotivo por la sensacional actuación del ex número uno del mundo y doble campeón olímpico, el escocés Andy Murray (68 ATP), quién tras varias operaciones y con una cadera de titanio, alcanzó su primera final desde 2016 y, tras estar en las profundidades del ranking mundial, logro trepar paso a paso hasta meterse entre los top 50 gracias a su garra y amor propio que le permitieron brillar en pastos germanos. Porque no fue sólo la final que perdió con el italiano Matteo Berrrettini (10 ATP) en la que destacó, ya que en semis derrotó al controvertido australiano Nick Kirgyos 7-6 6-2, en cuartos al griego Stefanios Tsitsipas (5 ATP), 7-6 6-3 y antes al norteamericano Christopher O’Connell (116 ATP), por 6-4 6-3.
Desafortunadamente para Andy en el tercer set de la final volvió a presentar molestias en su cadera y tras dos atenciones médicas tendido en el pasto, cayó por 6-3 5-7 6-3. El italiano, que también venía saliendo de un parón de tres meses por cirugía en su mano derecha, volvió a demostrar su poderío en césped y estar listo para repetir o mejorar su final de Wimbledon del año pasado ante Novak Djokovic.
Esta semana siguen los torneos sobre césped comenzando por el ATP 500 de Halle, Alemania, donde Cristian Garin (33 ATP), enfrentará en primera ronda al norteamericano Sebastián Korda (38 ATP) el martes 14 de este mes. Paralelamente se disputará la verdadera antesala de Wimbledon, el ATP 500 de Queens en Londres, torneo que es el verdadero barómetro para saber quién es quién para la cita en la Catedral unos días después. Semana apasionante en una superficie apasionante.