Colo Colo-UC: ¿el nuevo plato fuerte del torneo chileno?
Si bien el Superclásico sigue siendo importante y con un morbo natural y al parecer, eterno, el choque competitivo más esperado, el estelar es, largamente, el de Colo Colo con Universidad Católica.
Por SERGIO GILBERT J.
El término “clásico” en el argot deportivo -específicamente en el fútbol- tiene una connotación profunda, pese a que a estas alturas nosotros mismos (digo la prensa) juguemos con el concepto y lo utilicemos como si fuera una especie de mentholatum para denotar partidos de diferente calibre.
Lo cierto es que un clásico para que sea auténtico, requiere se ciertas premisas básicas: debe corresponder a una lucha deportiva entre dos equipos con nacimiento lejano, añejo, que se ha ido fortaleciendo con los años. Su origen debe estar en una situación puntual que enerve cierta enemistad como la cercanía geográfica o semejantes nacimientos institucionales. Y, por cierto, hay dos elementos claves que no deben ser soslayados: estos partidos deben generar reacciones masivas y un grado alto de competividad que haga que cada enfrentamiento tenga mucha incertidumbre, sean como sean las circunstancias en que toca cada encuentro (localías, posición en la tabla, estadísticas recientes).
Conforme a todo ello, es más o menos claro señalar que la chapa de clásico no le corresponde a muchos encuentros. Menos en la liga chilena. Aunque algunos partidos tengan esa denominación periodística y comercial, la verdad es que no hay que confundirse: no hay más de tres clásicos en el fútbol nacional como tales: el universitario (UC-U. de Chile), el llamado “popular” (entre Magallanes y Colo Colo) y por supuesto en llamado Superclásico (entre Colo Colo y Universidad de Chile).
Todos los demás (el minero, el de colonias, los regionales o entre equipos de ciudadanes cercanas) no son clásicos en su estricta definición, aunque sí enfrentamientos tradicionales o históricos.
Pero los clásicos pueden devaluarse y no ser los partidos más importantes de un torneo. Otras confrontaciones, ligadas más a la lucha deportiva, terminan siendo más competitivos elevando así el nivel de incertidumbre y, por ende, más esperados de ver.
En los 70, por ejemplo, ver un partido entre Unión Española y Colo Colo, primero, o entre la misma Unión y Everton era tanto o más motivante que ver a albos y azules por el diferente grado de calidad futbolística que existía entre esos partidos.
A principios de los 80, en tanto, la notable aparición de Cobreloa hizo que se generara un duelo de proporciones con Colo Colo. Tanto que en Calama se insiste (erróneamente) hasta el día de hoy que este partido con los albos tiene chapa de clásico…
En la actualidad, si bien el Superclásico sigue siendo importante y con un morbo natural y al parecer, eterno, el choque competitivo más esperado, el estelar, el plato fuerte de la liga nacional es, largamente, el de Colo Colo con Universidad Católica.
Si bien no tiene los elementos para ser un clásico con todas sus letras (no hay relación entre la cantidad de hinchas), sí es el partido que genera actualmente mayores grados de competitividad.
La UC, en los últimos años, se ha hecho dueña absoluta de los títulos nacionales. De hecho, está cerca de igualar la marca de Universidad de Chile (16 contra 18). Y aunque aún está lejos de los albos (que tienen 32) es un hecho que hoy es el gran responsable de la mayor sequía de títulos de Colo Colo en este siglo.
Claro, esta lucha deportiva aún no agarra ritmo de clásico. No da para ponerle esa chapa. Pero ¿quién sabe? En una de esas se inscribe en una lista que debe ser reducida, especial, elitista. Por definición.