Marcelo Bielsa, entre el hito y el mito

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Por Luis Mora Obregón
Actualizado el 21 de julio de 2021 - 4:56 pm

El autor de esta columna se declara, sin tapujos, «viudo» del argentino. Acá repasa, con emoción, su trayectoria y su presente en el Leeds United. Y no es para menos: en 2018, Mora Obregón escribió un libro sobre el influjo que provocó Bielsa entre los hinchas nacionales. La publicamos hoy, justo en el día de cumpleaños del rosarino.

Por LUIS MORA OBREGÓN

Para el mundo futbolero, hace ya más de 31 años que Marcelo Alberto Bielsa Caldera inició su carrera como formador y entrenador en la universidad de Buenos Aires, y al poco tiempo recibió el llamado de su formador y mentor, Jorge Griffa, para realizar juntos un gran trabajo en las divisiones inferiores de Newell’s. Así llegó al cuadro de Rosario (del cual es fanático), para luego pasar al primer equipo y lograr el campeonato en dos oportunidades. 

22 de diciembre de 1990, celebrando el título con Newell`s.

Un logro inolvidable que lo lleva a ser catalogado como héroe, al punto de que el estadio de Newell’s lleva su nombre. Luego, un periplo por México, donde dejó un legado que aún se replica para la captación de jugadores. Otro título en Argentina, con Vélez, un breve paso en España hasta que fue llamado para hacerse cargo de la Selección Argentina. Con ella clasificó al Mundial de Corea-Japón y obtuvo su primera medalla de oro olímpica, en Atenas 2004.

Don Marcelo como la medalla de oro en los JJ.OO. de Atenas 2004.

En 2007 vino a Chile, una historia que conocemos de memoria: cambió la mentalidad de La Roja y la convirtió en un equipo competitivo a nivel mundial. Lo clasificó en segundo lugar a Sudáfrica 2010, dejando un recuerdo inolvidable. 

Para los «viudos de Bielsa», como yo, él pavimentó el camino para la mejor Selección Chilena de todos los tiempos, con logros históricos, como ser bicampeón de América.

Marcelo Bielsa dejó una huella imborrable en La Roja.

De aquí, a España, al Athletic de Bilbao, con el que clasificó a dos copas europeas, y más tarde, a Francia, para dirigir al Olympique de Marsella y al Lyon. 

Desde 2018 permanece en Inglaterra. Allí logró despertar a un gigante dormido: el Leeds United. Un equipo que venía con pasos por la segunda y tercera divisiones, pero que Bielsa, en su primer año, estuvo a punto de lograr la hazaña de llevarlo a la Premier, objetivo que conquistó en su segunda temporada. 

Un equipo lleno de humildad y de sacrificio, que se fue adaptando al sistema táctico y al trabajo extenuante que el argentino impone en todos sus planteles.

Dirigiendo al Leeds.

Sin grandes figuras, el Leeds sigue dando que hablar y, en su primera año en la Premier, se dio el lujo, incluso, de ganarle nada más ni nada menos que al Manchester City de Guardiola, a la postre campeón de la categoría. Y en su partido contra el City, jugando todo el segundo tiempo con diez futbolistas, el Leeds consiguió el triunfo en los descuentos.

Bielsa y su equipo terminaron en noveno lugar, a tres puntos de lograr un cupo a las copas europeas. Y por sobre todo pronóstico, muy lejos de la zona del descenso.

Personalmente, he seguido todo el proceso de Bielsa, especialmente en Leeds: he gritado y llorado de alegría, de poder ver los triunfos de un equipo muy modesto, con una plantilla de las más bajas de la Premier, y que desde la llegada de Marcelo Bielsa a Inglaterra ha revolucionado a toda una ciudad y, por qué no decirlo, a todo un país. Todos los días aparecen noticias acerca de Bielsa y de cómo se han encariñado con su persona… 

Ser testigo de las celebraciones y de la alegría que el título de campeón de la Championship le trajo a su gente fue maravilloso. Leeds gira en torno de su cuadro, de Bielsa y de todo su equipo de trabajo, entre ellos un chileno: Diego Reyes, su ayudante de campo. 

Antes de la llegada del COVID compré los pasajes y reservé hotel con el sueño de ver al Leeds campeón de la mano de Bielsa. El maldito virus truncó mi sueño, pero eso no ha impedido seguir al Leeds, sufrir y gozar cada partido.

Porque ver los partidos del Leeds me hizo recordar la infancia y el equipo de mi barrio, por el que jugábamos con el corazón y sin dar pelota por perdida. Bielsa refleja eso: el amateurismo, el amor por los colores, el amor por tu club, por tus compañeros y amigos, algunos de los cuales ya partieron.

Bielsa es esto y mucho más y quién no entienda que el fútbol se vive de esta manera, no conoce la esencia de este maravilloso deporte. Así, el rosarino se convierte en un hito y en un espectáculo por sí mismo. Un hito que en algún momento será mito. Si es que ya no lo es…