Unión enmendó a tiempo sus errores y terminó por someter a la U…

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Por Marco Sotomayor
Actualizado el 27 de septiembre de 2020 - 9:39 pm

Unión Española 3-1 U. de Chile

Mal comienzo para los hispanos, no sólo por el gol de Larrivey, sino porque durante largos minutos del primer tiempo entregó la iniciativa y no hizo gala ni de una alta presión ni de triangulaciones rápidas a ras de piso, como son ya características en la era de Ronald Fuentes. Sin embargo, el 1-1 del uruguayo Palacios, al filo del primer tiempo, centró al cuadro rojo en sus coordenadas habituales, consiguiendo dos goles más y una posesión de balón que minimizó a su rival.

Por MARCO SOTOMAYOR

El partido era relevante más allá de la historia que envuelve a estos protagonistas. Lo era por un tema contingente: ambos equipos intentan perseguir de cerca al puntero, Universidad Católica, y esa tarea era la prioridad. Para la U, por ejemplo, sumar de a tres resultaba fundamental de cara al clásico universitario del próximo fin de semana.

Lo entendieron mejor los azules en el arranque, que llevaron a Unión a su ritmo: ritmo predecible, sin gran intensidad, pero que busca asegurar la tenencia de la pelota, probar y probar fórmulas hasta acercarse con peligro al arco enemigo. 

Digamos que en este arranque favorable para los universitarios, Unión también «colaboró»: no salió a buscar el partido, sino a esperarlo en su campo, buscando contratacar. Se convirtió, así, en un equipo largo, perdiendo el fútbol bien urdido y de transiciones rápidas como ha sido su sello en el torneo.

Pese a un tiro en el palo de Dávila (a los 9′, y que evidenció los problemas que hay en el arco azul, porque todo nació de un yerro de De Paul), la U manejaba el trámite con más intención ofensiva, bajo el control de Montillo y los piques frontales de Larrivey. Fue este último quien abrió la cuenta (Cummings se quedó reclamando falta), con una derecha seca, pegada a un palo. Digamos -de paso- que quien afirmó la zaga fue Thomas Galdames, de excelente rendimiento, y un sorpresivo Mario Larenas (reemplazante de Luis Pavez Muñoz), quien terminó convenciendo.

Dos minutos más tarde, Aránguiz salió de la cancha (se presume fractura en uno de sus dedos del pie) y Caputto hizo ingresar a un volante defensivo (Cornejo), cambio que mermó el funcionamiento de ese mediocampo. Digamos, sin ambages, que no fue la mejor decisión del estratego azul, quien -entre paréntesis- hasta el momento de publicar este comentario seguía alegando contra el juez Bascuñán por esa jugada polémica.

Antes del 1-1 del uruguayo Palacios (apodado el «Chorrillano», como el ex crack de la selección peruana), el propio centrodelantero tuvo el empate en un cabezazo desviado, tras buen centro de Gómez.

Luego no se equivocó: finiquitó, quizás, el único desborde de Fritz (¿por qué el zurdo no aprovecha su velocidad y llega a línea de fondo en lugar de frenar, girar y ralentizar la jugada?) y puso la paridad en los descuentos.

Ese gol -para mí- cambió la «temperatura» del pleito. Porque en el complemento, la U perdió capacidad futbolística, física, anímica y terminó sometida por un crecido anfitrión.

Sandoval convirtió su tercer tiro libre en el campeonato, con gran complicidad de De Paul: la derecha colocada fue al palo del arquero y sin embargo. No hay caso con el «Tuto»: dos buenas y una mala. O al revés. Como sea, no da garantías en el pórtico laico.

Aquí me detengo en Sandoval y en su socio, Felipe Méndez, quienes manejan el eje futbolístico de Unión: se buscan, se apoyan, no se topan en la conducción. De las mejores duplas que existe hoy a nivel local. Falta que Dávila sintonice la misma frecuencia.

Desde ese momento y, a pesar de que Larrivey y Cornejo llevaron peligro al arco de Sánchez, fueron los rojos quienes impusieron sus términos y debieron ampliar el marcador, incluso, antes de 3-1 final. Y es que aparecieron las debilidades defensivas universitarias. Un ejemplo: la movilidad del uruguayo Palacios desordenó a los centrales González y Carrasco. Sobre todo al primero: fuera de timming, «Rocky» suele quedar corto en los cruces o los anticipos, cometiendo gran cantidad de fouls… Aún nos preguntamos por qué no terminó con tarjeta amarilla.

Y me detengo, finalmente, en la variante del minuto 70: Caputto sacó a Guerra (de bajo nivel, aunque tampoco es un gran jugador) e hizo ingresar a Barrios. O sea, lateral derecho por delantero. Con el marcador en contra y con apenas 20′ para el término de la brega. La «idea» fue soltar a Rodríguez como puntero derecho, pese a que no tiene las características para asumir esa función (carece de dribling o de gran habilidad, manejo en espacios reducidos y explosión en el arranque… Digamos que, por ahora, Matías tampoco suma marca, ergo cuesta encontrarle un puesto, quizás podría ser un interior derecho, en fin).

Curiosamente, tampoco Moya estuvo a la altura: entregó su espalda varias veces a los volantes de Unión, en una exhibición tan desordenada, como poco rendidora. 

De esta forma, Fritz estuvo cerca de marcar con un remate que tocó ambos verticales (de esas jugadas que se dan una vez cada tres años), Dávila obligó a un exigido De Paul a enviar al córner y Cristián Palacios elevó una derecha emboquillada. A los 80′, el uruguayo volvió a acertar, tras gran pase de Méndez.

Los minutos finales mostraron a una U totalmente entregada al toque sincronizado de los rojos, los que esperaron el pitazo final cómodos, casi a piacere, y con la convicción de superar a un rival directo en las estadísticas, pero lejano en la solidez futbolística.

PORMENORES:

Estadio: Santa Laura.

Árbitro: Julio Bascuñán.

UNIÓN ESPAÑOLA (3): Sánchez; Gómez (62′, Pavez C.), Cummings, T. Galdames y Larenas; Méndez, Sandoval y Dávila; Carlos Palacios, Cristián Palacios (83′, Mejía) y Fritz (72′, Caballero). DT: Ronald Fuentes.

U. DE CHILE (1): De Paul; Rodríguez, González, Carrasco y Beausejour; Moya, Espinoza (65′, Lobos), Aránguiz (23′, Cornejo) y Montillo; Larrivey y Guerra (70′, Barrios). DT: Hernán Caputto.

GOLES: 0-1, 21′, Larrivey; 1-1, 45′, Cristián Palacios; 2-1, 54′, Sandoval (tiro libre); 3-1, 80′, Cristián Palacios.

TARJETAS AMARILLAS: Galdames, Sandoval y Dávila (UE); Beausejour, Moya y Caputo (U).