A la cancha con permiso: el primer paso para el retorno del fútbol chileno
El Gobierno dio el pase para que se retomen los entrenamientos de los clubes de Primera División y Primera B en las zonas con cuarentena y la fecha tentativa de la reanudación de los torneos es el 8 de agosto. La industria mueve cerca de 30 mil empleos y como espectáculo puede aportar a la salud mental de un país abrumado por la pandemia.
Como parte del retorno a la “nueva normalidad” que espera iniciar el país en agosto, el Gobierno dio luz verde este lunes a la vuelta de los entrenamientos del fútbol profesional, autorizando un Permiso Único Especial para los jugadores, emtrenadores y funcionarios de los clubes de Primera División y Primera B, así como los árbitros y asistentes, que podrán iniciar la preparación grupal desde el miércoles. El presidente de la ANFP, Sebastián Moreno, lo calificó como “el primer paso en el regreso a la actividad del fútbol profesional, algo que estábamos esperando con ansias y por lo que hemos estado trabajando muy duro durante casi cuatro meses”.
Ello permitirá el traslado a los entrenamientos de jugadores, cuerpos técnicos y personal de los clubes a sus respectivos centros deportivos,y los 18 planteles que se encuentran en zonas en cuarentena podrán desplazarse a sus lugares de práctica con un máximo de 30 personas. Aquellos que ya se encuentran entrenando o están en zonas sin cuarentena vigente, cuentan con la autorización para continuar sus entrenamientos de manera normal, con un máximo de 50 personas.
Moreno precisó que «es importante aclarar que no estamos ‘volviendo a jugar a la pelota’. El fútbol es una actividad profesional, que le entrega empleo a casi 30 mil personas, y que ha desarrollado protocolos con estándares del más alto nivel mundial a cargo de prestigiosos deportólogos y epidemiólogos. El Gobierno tuvo en consideración este trabajo realizado y nos ha entregado los permisos».
En rigor, la determinación no sorprendió en el contexto del desconfinamiento que pretenden iniciar las autoridades en forma gradual de acuerdo a las mejorías sanitarias registradas en el país.
La medida incluye a deportistas de alto rendimiento que requieren preparación para juegos internacionales, y la Ministra del Deporte, Cecilia Pérez, precisó que “los 884 beneficiarios de este permiso único especial a lo largo de Chile deberán utilizarlo sólo para desplazarse hacia su lugar de entrenamiento desde sus domicilios y viceversa. No pueden utilizar este permiso para ir al supermercado, farmacias u otros. Llamo a la responsabilidad: Este permiso es sólo para entrenar y para que puedan recuperar el nivel de salud física y mental que tenían antes de paralizar sus entrenamientos”.
Asimismo, en las últimas reuniones sostenidas por la autoridad y Sebasrián Moreno también se deslizó la fecha del 8 de agosto como punto de partida para los campeonatos de Primera División y Primera B, lo que otorga las tres semanas de trabajo de acondicinamiento exigidas por los preparadores físicos de los clubes, a pesar de que las ligas europeas echaron a rodar el balón con sólo dos semanas como promedio y una intensidad de juego de un partido cada tres días…
Como sea, la decisión responde a un anhelo natural del medio futbolístico y de una industria recesiva, como tantas otras, que requiere reactivarse para impulsar la rueda de la economía. En un país abrumado por la pandemia y escéptico incluso de las cifras que reflejan una mejoría global, la vuelta del fútbol posiblemente generará algunas críticas de los voceros más «talibanes» de la prensa –proclives a mantener Chile encuarentenado hasta el próximo año-, pero probablemente contribuirá como espectáculo televisivo a la distracción y salud mental de millones de personas, que esperan ver alguna luz a final de cinco meses en el túnel…