La primera línea de todos los tiempos

Una encuesta en la que participaron los periodistas de El Ágora y algunos invitados marca a Elías Figueroa, Antonio Arias, Arturo Vidal y Marcelo Salas como las figuras más relevantes en la historia del fútbol chileno. Armamos dos equipos ideales, y estos son los resultados.
Por Julio Salviat
No será muy original, pero aprovechamos el encierro para recrear un ejercicio recurrente: armar el equipo ideal de todos los tiempos. Al grupo estable de El Ágora se agregaron prestigiosos amigos del sitio para contribuir con sus preferencias. En total, ocho periodistas participaron en la encuesta, que pretendía armar una selección ideal y otra suplente. Ellos fueron, en orden alfabético, Matías Alcántara, Eduardo Bruna, Jorge Castillo, Sergio Gilbert, Edgardo Marín, Daniel Pérez Pavez, Francisco Sagredo, Julio Salviat y Marco Sotomayor.
Y el resultado, si no fue sorprendente, al menos dejó establecidas algunas premisas interesantes. La que más resalta: tal vez por el momento que vive, Alexis Sánchez se queda en la banca. Hace algún tiempo, cuando jugaba en el Arsenal, estaba peleando puesto como uno de los mejores de la historia del fútbol chileno.
Del conocimiento y los gustos de los encuestados surgió un aspecto interesante: sólo cuatro de los 42 jugadores mencionados tuvieron consenso. Todos votaron por Elías Figueroa, Antonio Arias, Arturo Vidal y Marcelo Salas como titulares. Un voto le faltó a Gary Medel, y dos a Luis Eyzaguirre, para integrar esa línea privilegiada. Francisco Valdés iba como avión hasta que llegaron los informes de los dos últimos consultados, que ni siquiera lo consideraron.
El aspecto etario tuvo influencia –y siempre la tendrá– en este aspecto. Los más veteranos alcanzaron a ver a Sergio Livingstone en el arco. Los más jóvenes tienen vivencias desde el Mundial de España en adelante, si es que… Pero va a ocurrir siempre: en este tipo de encuestas los actuales y recientes siempre llevarán ventaja sobre los antiguos. Nuestros padres no habrían perdonado dejar afuera de un ranking de este tipo a jugadores como Ascanio Cortés, Raúl Toro Julio y “Chincolito” Mayo.
Hubo menciones para jugadores poco conocidos para la juventud de hoy: Salviat se acordó de René Meléndez; Sagredo, de Jorge Robledo. Dos jugadores que se retiraron del fútbol de primera división antes del Mundial de 1962.
DEL ARCO AL MEDIO
Sólo tres arqueros entraron a esta pelea. La titularidad quedó para Claudio Bravo. La suplencia, para Roberto Rojas, a pesar del daño que le hizo al fútbol chileno. Y la mención honrosa fue para Sergio Livingstone, el mejor de Sudamérica cuando reinaban los porteros argentinos.
Los que acapararon las preferencias dejaron poco margen para la suplencia. Con “el Fifo” disparado, la banca como lateral derecho la disputaron Mario Galindo, figura desde comienzos de los 70, y Mauricio Isla, todavía titular en la Roja. Asignando 10 puntos a la mención como titular y 5 a la de suplente, el puntarenense de Colo Colo obtuvo 30, contra 20 de “el Huaso”.
Elías Figueroa (80 puntos) y Gary Medel (75) también dejaron poco para elegir. Hecho el cómputo, las suplencias fueron para Alberto Quintano, astro en Chile y México a los años 80, y Raúl Sánchez, baluarte en la selección que fue tercera en el Mundial de 1962, con 30 y 25 puntos, respectivamente. Para esos puestos hubo también menciones para Mario Soto, mundialista el 82 y con notables campañas en Cobreloa y Palmeiras de Brasil, y Fernando Astengo, coprotagonista del Maracanazo, revelación en Unión Española, líder en Colo Colo y apreciado en el Gremio brasileño. Salviat se acordó de Juan Rodríguez, tal vez el mejor “tiempista” del fútbol chileno, un modelo adelantado de Gary Medel.
Antonio Arias también arrasó como lateral izquierdo. Y el lugar en la selección B se lo pelearon otro que aún está vigente, Jean Beausejour, y Enzo Escobar. La ventaja fue para el bicampeón de América y que defendió, entre varios equipos locales e internacionales, a la UC, Colo Colo y la U. Superó por 5 puntos a Escobar, un portento físico que se lució en Everton, Unión Española y Cobreloa y que disputó dos finales de Copa Libertadores. Una mención, recordado por Jorge Castillo, obtuvo Sergio Navarro, capitán de la Roja en el Mundial de 1962.
En el mediocampo es donde hay más polémica y diversidad de preferencias.
Para nuestros efectos, decidimos un sistema de 4-3-3. Y eso reveló gustos distintos: varios eligieron dos volantes de marca y uno creativo, mientras otros se inclinaron por dos creativos y uno de marca. Se notó también que algunos pensaron en el 4-4-2 y el cuarto volante podía ser también delantero o 9 mentiroso.
El trío formado por Enrique Hormazábal, Arturo Vidal y Francisco Valdés se apoderó de las opiniones. El mediocampo del equipo “B” quedó conformado por un antiguo (Jorge Toro), un mediano (Guillermo Páez) y uno actual (Charles Aránguiz). “El Chino” fue la gran figura en el Mundial del 62 y se ganó una sonada transferencia al fútbol italiano, donde desplegó todo su talento. “El Loco” tenía una técnica exquisita cuando jugaba en Universidad Católica y se transformó en el mejor gregario que ha tenido Colo Colo para llevarlo a la final de la Libertadores, en 1973, injustamente perdida por los albos. “El Príncipe” todavía se luce en Alemania después de ser bicampeón de América, de haber sido figura en el Mundial de Brasil 2014 y de haber ganado la Copa Sudamericana con la U.
En este sector quedó afuera, tal vez injustamente, Eladio Rojas, el héroe del 62. Páez (25) tuvo más voto que él (20) como volante central.
CREAR Y CONVERTIR
Un equipo “C”, de acuerdo a la encuesta, estaría integrado por Carlos Reinoso, todavía considerado el mejor extranjero que ha jugado en la Liga mexicana; Marcelo Díaz, de carrera y éxitos similares a los de Charles Aránguiz, que tiene asombrada a la prensa argentina y enloquecidos a los seguidores de Racing, y José Luis Sierra, el talentoso creador en Unión Española y Colo Colo, todos con 15 puntos.
Y hasta habría una selección “D” si consideramos a Ignacio Prieto, de destacada carrera en Universidad Católica, Nacional de Montevideo y Lille de Francia, recordado por Eduardo Bruna; Jorge Aravena, “el Mortero” de los goles imposibles, mencionado por Matías Alcántara, y Jorge Valdivia, figuraza en Colo Colo y el Palmeiras brasileño, en los gustos de Francisco Sagredo.
El ataque final es temible: Carlos Caszely, Iván Zamorano y Marcelo Salas.
Para el reemplazo quedaron Alexis Sánchez, de juego deteriorado desde que se fue al Manchester United, pero extraordinario en las Clasificatorias de los últimos mundiales, bicampeón de América y gran valor en River Plate, Udinese y Barcelona, después de lucirse en Cobreloa y Colo Colo; Eduardo Vargas, máximo goleador histórico de la Copa Sudamericana y segundo mayor artillero de la selección chilena en toda su historia, y Leonel Sánchez, estrella del Ballet Azul, mundialista en 1962 y 1966, una de las figuras de todos los tiempos en el fútbol nacional.
El que bordeó un lugar entre los elegidos fue Pedro Araya, escurridizo puntero de la “U” en tiempos del Ballet y gran figura en el fútbol mexicano defendiendo al San Luis de Potosí. Con 30 puntos, anduvo cerca de Alexis y quedó lejos de los otros delanteros mencionados: Patricio Yáñez (10), Jaime Ramírez, Jorge Robledo y Leonardo Véliz, estos últimos con 5.
LOS 11 DE LA FAMA
CLAUDIO BRAVO: Los méritos que hizo en Colo Colo, incluyendo la atajada de un penal en un partido definitorio con la U, lo llevaron a la Real Sociedad, de España, donde batió records de imbatibilidad en el club. Y de ahí, el salto fue inmenso: pasó al Barcelona, donde dejó otra marca: ningún arquero de ese club quedó con la valla invicta en 23 partidos de la liga. Fue el capitán de la selección bicampeona sudamericana y figura en el Mundial de Brasil.

LUIS EYZAGUIRRE: Fue uno de los laterales “adelantados” del fútbol chileno. De gran velocidad y buena técnica, recorría la franja con facilidad. Destacó en el Ballet Azul y se convirtió en uno de los buenos valores de la Selección que logró el tercer puesto en el Mundial de 1962. Eso le valió una nominación a la selección mundial que enfrentó a Inglaterra en un aniversario de la fundación de la liga de ese país. Ahí adquirió el apodo de “el Fifo” que lo acompaña hasta hoy.

GARY MEDEL: Le costó enrielarse al “Pitbull”, criado en barrios populares y formado futbolísticamente en Universidad Católica. Cuando se disciplinó, bajo las órdenes de Marcelo Bielsa, alcanzó estatura futbolística mundial, demostrada en Boca Juniors, de Argentina, el Sevilla, de España; el Cardiff City, de la Premier League; el Inter, de Italia, el Besitkas, de Turqía, y el Bolonia, de Italia, donde se desempeña actualmente. Fue bicampeón de América y protagonizó heroicas actuaciones en el Mundial de Brasil.

ELÍAS FIGUEROA: Sigue considerado como el más grande futbolista chileno de todos los tiempos, fundamentalmente por haber sido electo como el mejor de América tres años consecutivamente en tiempos en que se lucían Pelé, Tostao y Beto Alonso. En esa encuesta participaban los más destacados periodistas del continente convocados por el diario El País, de Uruguay. En Chile defendió a Unión Calera, Santiago Wanderers, Palestino y Colo Colo; en el extranjero, a Peñarol, de Uruguay; Internacional, de Brasil, y Strikers, de Estados Unidos. No fue afortunada su actuación en España 82, pero fue brillante subcampeón de América en 1989.

ANTONIO ARIAS: De bajo perfil y altas cualidades deportivas y humanas, “el Chino” se ha consolidado con el tiempo como el mejor lateral izquierdo en la historia de la Roja. Fiero en la marca y efectivo en el ataque, le dio sus mejores energías a Unión Española, después de haber destacado en Magallanes. Fue titular en la Selección que participo en el Mumndial de Alemania 74 después de ser designado permanentemente como el mejor en su puesto en los años precedentes. Con posterioridad fue varias veces campeón con Unión Española y fue finalista en la Copa Libertadores.

ENRIQUE HORMAZÁBAL: Cuando joven, cuando jugaba en Santiago Morning, fue considerado entre los mejores punteros derechos del continente por sus actuaciones en el Panamericano de 1952 y los Campeonatos Sudamericanos de 1955 y 1956, torneos en lo que la Selección fue eterno subcampeón. Más maduro, estuvo entre los mejores volantes de creación y alcanzó fama y honores defendiendo a Colo Colo, que alcanzó a evitar que se lo llevara Boca Juniors. Técnico y pícaro, sacaba de casillas a sus marcadores. Inteligente y técnico, habilitaba como nadie y era un maestro en el servicio de tiros libres.

ARTURO VIDAL: Aunque no logra dominar totalmente su carácter y el entrenamiento invisible no es su fuerte, se lo pelean los clubes europeos. Su espíritu ganador, su fiereza ante la adversidad, su sentido futbolístico y su destacada técnica lo han convertido en uno de los mejores volantes del mundo. Apto para las labores de quite, seguro en las entregas y efectivo en la finiquitación se ha inscrito por su valioso aporte, en la historia de Colo Colo, Bayer Leverkussen, Juventus, Bayern Munich y Barcelona. Bicampeón de la Copa América y destacado valor en los Mundiales de Sudáfrica y Brasil.

FRANCISCO VALDÉS: Pupilo y sucesor de Enrique Hormazábal destacó desde su debut como una figura de gran proyección. Tal vez por haberse consagrado tan prematuramente, no hizo una carrera pareja y deambuló por algunas temporadas lejos de los grandes escenarios. De regreso a Colo Colo en 1972, condujo a los albos a las grandes alturas futbolísticas sudamericanas. Fue decisivo en el subcampeonato de la Copa América 1972 y en la clasificación para el Mundial de Alemania 74, donde fue capitán de la Selección. La inteligencia en el juego, la precisión de sus pases y su gran sentido de gol lo convierten en uno de los grandes del fútbol chileno.

CARLOS CASZELY: Otro producto de Colo Colo que dio de qué hablar desde que pisó la cancha jugando por el equipo superior: veloz, habilidoso, valiente y certero, pronto llamó la atención y ascendió en la escala futbolística. Estuvo en el equipo ideal del Minimundial de Brasil en 1972. Silenció al Maracaná con una actuación soberbia en el triunfo de los albos sobre Botafogo en la Copa Libertadores del 73. Se puso a la altura de Cruyff en un clásico catalán, jugando por el Español contra el Barcelona. Fue permanente goleador en los torneos chilenos. Sólo le faltó jugar bien en los Mundiales de Alemania y España para entrar a la primera línea.

IVÁN ZAMORANO: Las penurias juveniles le forjaron un carácter que lo llevó a triunfar en todas las canchas. Goleador de Trasandino en segunda división, artillero de nota en Cobresal, fue transferido a Italia sin haber jugado en la capital. Fue a préstamo a Saint Gallen suizo y el Sevilla ganó la pulseada para llevarlo a España. De ahí saltó al Real Madrid, donde fue goleador de la liga española. El Inter de Milán, América de México y Colo Colo también lo vieron celebrando el éxito con sus inigualables saltos y sus precisos cabezazos. Con la Roja tiene el record de goles en un partido (5 a Venezuela), fue máximo artillero en los Juegos Olímpicos de Sidney, donde fue capitán y logró con su equipo la medalla de bronce.

MARCELO SALAS: Con escasos partidos en el cuerpo le hizo tres goles a Colo Colo y debutó en la Selección anotando un gol frente a Argentina. Con Universidad de Chile logró el primer título después de 25 años de sequía azul, y repitió la gracia al año siguiente. Ídolo en River Plate, fue considerado el mejor jugador de América y una publicación inglesa lo consagró como “el séptimo mejor zurdo de la historia del fútbol”. En el Mundial de Francia 98 convirtió cuatro de los cinco goles que anotó Chile y fue incluido en el equipo ideal del campeonato. Defendió con éxito las casaquillas de Lazio y Juventus y una lesión lo alejó de Italia. Terminó su carrera como máximo goleador de las selecciones chilenas y tiene votos para mejor futbolista de la historia del fútbol chileno.
