El club precordillerano, que sólo pudo competir en la Primera B luego de un dictamen del Tribunal de la Libre Competencia, debió recurrir a la misma instancia después de que el máximo organismo del fútbol le “congelara” los recursos del Canal del Fútbol que por derecho le corresponden. No tenía otra alternativa frente al flagrante abuso: los sueldos de julio del plantel sólo pudieron ser pagados echando mano a $ 15 millones que estaban en garantía, pero no había un peso para responder por los emolumentos de agosto, obligación que vence en una semana. El recurso fue otro “gol” a favor de los “huaicocheros”.