Elías ya está hace rato en el Olimpo… (segunda parte)
Luego de repasar los primeros años de la carrera del mejor jugador chileno de la historia (ver nota), ahora nos centraremos en su consolidación.
Por PATRICIO VARGAS
“EL ÁREA ES MI CASA, AQUÍ ENTRA EL QUE YO QUIERO”: ELÍAS FIGUEROA.
Luego del mundial y del Sudamericano de 1967, Peñarol, el mejor equipo del mundo en ese momento (ganador de la Copa Libertadores y la Intercontinental en 1966), sería su casa por seis años. Para muchos, el casarse con Marcela Küpfer, en 1963, siendo menores de edad, le ayudó a madurar. Eso, más la estadía en Uruguay -ha confesado el propio Elías- le permitió hacerse el jugador completo que terminó siendo. También empezó a usar canilleras y a «manejar» las manos y los codos. Consiguió los torneos de 1967, 1968 (en ambos elegido el mejor jugador) y 1969.
Las ofertas abundaban. Las más renombradas, las de Independiente de Avellaneda y del Real Madrid. Pero el mejor fútbol del mundo estaba en Brasil, y fue ahí donde se decidió a jugar por el Internacional de Porto Alegre.
Con «El Colorado» consiguió, después del pentacampeonato Gaúcho, los primeros dos títulos del club en el Brasileirao: 1975 y 1976. En la final del 75’, un 15 de diciembre, a los (coincidentemente) 15 minutos del segundo tiempo, «Don Elías» saltó en un día gris, guiado por un haz de luz que asomó entre las nubes, y anotó de cabeza el gol del título ante Cruzeiro, el más clásico de los rivales del Inter: el famoso «Gol Iluminado».
En Brasil vivió sin duda sus mejores años, siendo elegido mejor defensa central en 1973, 1974, 1975 y 1976 y mejor jugador en 1975 y 1976. En esos años, no solo Pelé jugaba en Brasil, sino que también Rivelino, Falcao, Jairzinho, Piazza, entre otros. Sin embargo, lo más destacado fue su elección -inédita hasta hoy, tanto por los tres años consecutivos, como por la posición de defensa central- como el mejor jugador de América en 1974, 1975 y 1976. Sucedió a Pelé, quien había sido elegido en 1973. En 1977, estando ya en Palestino, obtuvo el tercer lugar, detrás de Zico y Rivelino.
Si en Uruguay fue bautizado como «Míster Lujo», ahora se sumaba el apodo de «Dios de Beira Rí»o y otro sobrenombre que mereció la canción de Regis Antonio, interpretada por Celso Silva: Patrão da Área.
“YO SOY EL FIGUEROA DE EUROPA”: FRANZ BECKENBAUER.
En 1974 le tocó disputar la Copa del Mundo de Alemania. A pesar de quedar eliminado en la fase de grupos, estuvo en el equipo ideal al cabo de la primera ronda del torneo. Yéndose arriba, estrelló una pelota en el travesaño en el partido frente a la RDA. Párrafo aparte (tiene incluso un libro, «El Partido de los Valientes», de Axel Pickett) fue el partido reclasificatorio para ese certamen. 0-0 con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), en Moscú. Dicho país renunciaría a jugar en Chile el partido de vuelta, a modo de protesta por el golpe militar y la utilización del Estadio Nacional como campo de concentración y exterminio.
Luego de la experiencia en Brasil, el deseo de volver a Chile lo trajo a Palestino, con el que conseguiría un récor de partidos invictos, una Copa Chile (1977) y el Torneo Nacional de 1978. El último que ganó el equipo de colonia. En el intertanto, llegó La Roja a la final de la Copa América de 1979. Chile perdió en Asunción el primero de los tres partidos por 0-3 frente a Paraguay. Pero «Don Elías» no lo jugó. En la semifinal, con Perú, en Santiago, sufrió la única expulsión de su carrera, luego de un foul a Roberto Mosquera a los 40 minutos. Quizás la historia hubiese sido distinta en el Defensores del Chaco con Figueroa presente. En el Nacional, Chile ganó por la cuenta mínima y en el partido de desempate, en Buenos Aires, el resultado fue 0-0. El título se fue a Paraguay por diferencia de goles.
Un registro decidor: Elías figura en todos los ránkings del 11 ideal histórico de la Copa América, haciendo pareja con el peruano Héctor Chumpitaz en unos; con el uruguayo Obdulio Varela en otros, como también con los argentinos Daniel Passarella u Óscar Ruggeri.
Hasta 1980 permaneció en Chile, iniciando una breve etapa en EEUU: en el Fort Lauderdale Strikers, junto a figuras como Teófilo Cubillas y Gerd Muller.
Posteriormente -y luego de una gestión de Televisión Nacional de Chile («Don Elías» apoyó algunas iniciativas de la dictadura militar)- volvió a Chile a retirarse en Colo Colo. El Mundial de España 1982 lo jugó siendo abuelo.
“PADRE, PERDÓNALOS, PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN” (LUCAS 23:34).
En 2015 la encuestadora británica ICM preguntó a alemanes, ingleses y franceses, quién había contribuido más durante la Segunda Guerra Mundial a la derrota del nazismo. El 43 por ciento dijo que había sido Estados Unidos y tan sólo el 13 que fue la Unión Soviética. En 1945, año del fin del conflicto, el Instituto Francés de Opinión Pública hizo la misma pregunta en Francia. En ese momento, el 57 por ciento opinó que fue la URSS y el 20 se inclinó por EE.UU. Hoy sabemos que fue el Ejército Rojo el que ayudó a liberar Berlín y a toda Europa Oriental.
El presentismo imperante, si bien permite cuestionarnos como sujetos -un ejercicio útil-, muchas veces desconoce el pasado y lo transforma casi en ficción. No hay que ser conspirativo para comprobar que el incluir a unos y descartar a otros en una nominación de Los Mejores de La Historia del Fútbol, obedece a intereses que escapan de los méritos futbolísticos: compromisos comerciales, ejercicios de paridad nacionalistas, evidenciar primacía europea y un largo etcétera.
IGNORANCIA: FALTA GENERAL DE INSTRUCCIÓN O DE CONOCIMIENTOS
Nosotros lo hemos visto y reconocido por sus virtudes técnicas, físicas, de ubicación, de anticipación y de liderazgo. El cómo daba confianza a sus compañeros. Las pruebas son concluyentes: Elías Figueroa es el mejor defensa central de la historia del fútbol. Don Elías, así, sin comillas.
Elías Figueroa en el mundial de Alemania 1974: